El Museo Picasso inicia una nueva etapa con el reto de abrirse a más visitantes
La llegada de José Lebrero, la fusión de las dos fundaciones y el nuevo organigrama interno marcan
MÁLAGAActualizado:Casi todos los gestores culturales tuercen un poco el gesto al oír juntas estas tres palabras: número de visitantes. Defienden con argumentos de peso que la actividad de un museo, de un centro de arte o similar, ni puede ni debe reducirse a una cifra. Sostienen que su trabajo, su ámbito de influencia, es más amplio, más intangible.
Como ha sucedido, sin ir más lejos, en la capital malagueña. La apertura del Museo Picasso puso a la ciudad en el mapa internacional de las grandes exposiciones, en el circuito de los destinos del turismo cultural. Hasta ese momento, resultaba poco frecuente encontrarse por el centro histórico a grandes grupos de visitantes en busca de la oferta expositiva de la ciudad.
A punto de cumplir su sexto aniversario, el Museo Picasso Málaga (MPM) ya ha superado los dos millones de visitantes. Una cifra notable. No en vano, la institución se ha erigido durante varios años como el museo más concurrido de la Comunidad. Una posición de privilegio que contrasta, no obstante, con el ligero estancamiento apreciado en la entrada de visitantes durante los tres últimos ejercicios: 342.824 (en 2006), 340.688 (2007) y 336.522 (2008).
Además, los responsables del museo admiten -eso sí, en petit comité- su deseo de sacar un mayor partido tanto al extraordinario potencial del museo, como a la gran inversión derivada de su puesta en marcha. Tanto es así, que el mayor presupuesto en museos de la Junta de Andalucía para este año se lo lleva el centro malagueño, con una inversión estimada de 7,5 millones de euros.
Semana de estreno
La semana que hoy empieza marca una nueva etapa en el Museo Picasso Málaga, un punto de inflexión cuya novedad más evidente consiste en la toma de posesión (el jueves) de José Lebrero como nuevo director artístico del MPM. En su primera comparecencia pública, Lebrero ya anunció su intención de que el museo ejerza «un papel más dinamizador».
Un nuevo impulso concretado en su intención de programar más exposiciones temporales y más actividades en el auditorio de la plaza de la Higuera. Una doble apuesta que parece encaminarse hacia la apertura del museo a nuevos visitantes. Ya lo esbozó Lebrero en su presentación, cuando abogó por «renovar la oferta museológica y ser más prolíficos, sin por ello perder la calidad en la oferta». O al esgrimir su deseo de «intensificar los vínculos con el tejido cultural local mediante un amplio programa de actividades culturales».
En definitiva, aumentar la presencia del MPM en la vida cultural de la ciudad para, de este modo, atraer a más público al Palacio de Buenavista. Aunque no será fácil. Los gestores del Picasso se enfrentan a un escenario complejo. Para empezar, la asistencia a los museos atraviesa momentos difíciles.
Con la salvedad de grandes referencias en el circuito nacional como el Museo del Prado, el Reina Sofía o el IVAM de Valencia, buena parte de los centros artísticos del país cerraron el año pasado sus índices de afluencia de público con caídas más o menos acusadas. Desde el llamativo 29,8% del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, hasta mermas más discretas como las del Museo Nacional de Arte de Cataluña (7,8%) o el Guggenheim bilbaíno (5,4%).
Entrada gratuita
A esta situación en el panorama nacional, el MPM debe añadir otro handicap en la escena local. Porque el Museo Picasso Málaga es el único espacio expositivo de cierto calado en la ciudad cuya entrada es de pago (6 euros para la ver la colección; 4,5 euros para las exposiciones y un pase combinado por 8 euros). Eso sí, el último domingo de cada mes, el acceso al Palacio de Buenavista es gratuito durante toda la jornada.
En el entorno cercano, la Fundación Picasso cobra la entrada a un precio casi testimonial (un euro), mientras que el CAC Málaga, el Museo del Patrimonio, el Centro Cultural Provincial, las salas de Unicaja o el Rectorado de la Universidad de Málaga ofrecen la entrada gratuita.
Pero la apertura a nuevos públicos no es el único reto al que se enfrenta el MPM en su inminente sexto aniversario. Antes de que termine el año, las dos fundaciones que conviven en el seno de la institución malagueña deben integrarse en una sola entidad. A grandes rasgos, se trata de que la fundación de la Junta de Andalucía (que aporta la sede) se una a la fundación de los herederos del artista (que presenta la colección de obras de arte). Y así, un solo organismo será el titular del continente y el contenido del MPM.
De uno a tres directores
Como consecuencia de lo anterior, el Museo Picasso Málaga cambia su estructura interna de manera significativa. En los casos de Carmen Giménez y Bernardo Laniado-Romero, el director era el máximo responsable del centro y rendía cuentas al Consejo Ejecutivo del MPM. A partir de ahora el museo contará con tres direcciones: la artística (José Lebrero), la gerente (Elisa Maldonado) y la de relaciones institucionales, cuyo inquilino está por concretar.
Los tres quedan subordinados al Consejo Ejecutivo, en la práctica, el nuevo director del MPM. Un museo que ha cambiado el paisaje cultural de Málaga y Andalucía y que ahora escribe un nuevo capítulo en su historia.