¿Es realmente bajo coste?

Hay ofertas que permiten viajar con las low cost a precios que en principio podrían parecer irreales. En realidad, no lo son, aunque hay que andarse con mucho ojo para que así sea. Por ejemplo, hay que tener mucho cuidado con el tema de la tarjeta de embarque a la hora de reservar. La compañía lo deja bien claro en su web, pero no ocurre así si el vuelo se contrata a través de otras páginas. De hecho, si el pasajero se saca la tarjeta de embarque en el mismo aeropuerto (en lugar de hacerlo por Internet) el resultado serán 40 euros más en el precio final.

Tampoco se debe reservar el viaje de un día para otro, ya que para disfrutar de esos agresivos descuentos hay que estar muy pendientes de las promociones y hacer mucho caso, como no, a la letra pequeña, donde se indicará si en el importe global van incluidas las tasas.

Por supuesto, la red se convierte en el medio más eficaz, ya que contratar un vuelo en el propio aeropuerto es algo que sale bastante más caro.

En cuanto a las maletas, la compañía no obliga a facturar hasta los diez kilos de peso. Algo que puede salir por un suplemento de 35 euros, que incluye la ida y la vuelta.

Teniendo en cuenta todos estos factores, lo habitual es que volar a Madrid salga por 30 euros de media a través de Ryanair. Siempre y cuando no se facture y se realice la operación a través de Internet, siguiendo todos los pasos indicados.

Lo que no impide que haya ofertas, como se ha dicho, de hasta cinco euros el billete.