Estafas y filtraciones significativas
Actualizado: GuardarE l caso del falso corredor de seguros, Carlos Bellido, que presuntamente ha estafado más de 4 millones de euros con pólizas de inversión garantizada que luego resultaban no ser más que papel mojado, ha quedado relegado prácticamente al olvido. Pero eso no significa que no siga su curso tras la detención del presunto delincuente. Y es que este jerezano ha dejado, por lo visto, un reguero de al menos un centenar de víctimas repartidas por media geografía española, que, lógicamente, no está de brazos cruzados.
La picaresca española ha encontrado así un nuevo personaje en el que reflejarse. Pero esta vez, y si se confirma que cometió las estafas que se le imputan, se trataría de un pícaro sin escrúpulos, sin estómago y sin vergüenza. De un desalmado que se habría aprovechado de la confianza que le tenían personas próximas para asestarles una puñalada en el alma y hacerse, en muchos de los casos, con los ahorros de media vida.
No acaba de estar claro si este hombre actuó solo o si contó con uno o más cómplices. Usaba formularios y logos aparentemente oficiales de una conocida compañía aseguradora, la cual, lógicamente, se ha apresurado a asegurar que no tiene nada que ver con este turbio asunto y que se siente también víctima de las supuestas estafas. De ser así -que no lo pongo en duda- cuesta entonces creer que Bellido actuara solo. Y sobre todo, tras conocerse que se ha negado a declarar ante el juez y que ha recurrido a los servicios de un abogado de oficio -y no de pago-, por lo que mucho dinero se supone que no maneja.
Crisis municipal
La que sí ha quedado relegada a un muy segundo plano de la actualidad local ha sido la crisis interna del gobierno local. Sigue existiendo a pesar de que no ocupe tanto espacio como días atrás en la prensa jerezana. Los concejales socialistas críticos con la gestión que llevan a cabo al frente del Ayuntamiento Pilar Sánchez y su gente de confianza continúan exactamente pensando igual. Unos y otros apenas se cruzan palabra más allá de lo meramente indispensable.
Siguen produciéndose episodios que evidencian cómo están las cosas en el seno del gobierno municipal. Y personas dispuestas a filtrarlo para que se sepa. Una de ellas trasladó a este cronista uno realmente significativo ocurrido no hace demasiados días. Resulta que una de las concejales díscolas -así las llaman- enfermó y estuvo varios días sin aparecer ni por el Ayuntamiento ni por las dependencias de la delegación que dirige. Un resfriado considerable y unas cuantas décimas de más se lo impidieron. Cuentan que estaba realmente mal. Pero -afirma la misma fuente- peor se puso cuando alguien con bastante poder en el gobierno municipal le pidió que presentase la baja médica para justificar su ausencia. Algo que, según afirman, no es nada común en el ejercicio de la política.
Como era de esperar, la noticia de lo sucedido corrió como la pólvora por los pasillos consistoriales y ha acaparado bastantes minutos de conversaciones telefónicas.
Si ocurrió verdaderamente así o no debería ser secundario. Lo realmente significativo es la rapidez y la forma en que la historia ha llegado a muy diversos destinos. El objetivo está claro y, en cualquier caso, evidencia lo comentado anteriormente, que la crisis interna del gobierno socialista jerezano igue siendo una realidad.
El Xerez
El Xerez ha jugado ya seis partidos en Primera y no ha conseguido todavía ninguna victoria. Sólo dos empates. Y, por si fuera poco, el juego y la imagen que está dando dejan muchísimo que desear, confirmando por el momento los vaticinios de los que le señalaban como la cenicienta de la categoría.
Pero esto no ha hecho más que empezar. En Jerez se suele dar bastante lo del pesimismo precipitado. Se pasa de la euforia a la depresión en un minuto. Y se hace sin tener en cuenta el pasado, la experiencia, sin ir más lejos, del propio Xerez Deportivo el año pasado. Comenzó la temporada tras estar a punto de bajar a Segunda B y, de la mano del grandísimo Esteban Vigo -¡qué error ha supuesto dejarlo marchar!-, acabó subiendo a Primera División, una gesta impensable ni tan siquiera para el mayor de los optimistas.
Semanas atrás escribía, en este mismo espacio semanal, que conviene tomarse esta aventura de los azulinos en Primera como un regalo, y poco más. Sólo así se evitará una presión que no haría más que perjudicar al equipo. Y mucho me temo que eso es precisamente lo que está sucediendo, a pesar de lo temprano que es todavía y de lo muchísimo que queda de campeonato.