ESPAÑA

Rajoy y Camps guardan silencio sobre el conflicto interno del PP valenciano

MADRID Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy y Francisco Camps se refugiaron en el silencio 24 horas después de decidir la ejecución política del secretario general del PP de la Comunidad Valenciana, Ricardo Costa. El líder opositor descansó en Canarias y el presidente de la Generalitat mantuvo su agenda, pero no habló.

De Rajoy no hay noticias, salvo que se ha tomado un respiro con su familia. Camps acudió a un almuerzo del XIV Foro España-Estados Unidos, presidido por el Príncipe de Asturias, y se refugió en su papel institucional para no hacer declaraciones. Habrá que esperar hasta el martes para conocer la situación en el PP valenciano. Ese día se reunirá el comité ejecutivo del partido y Camps y Costa medirán sus fuerzas internas en la votación de la propuesta de «cese temporal» del secretario general. Pueden ocurrir dos cosas: que el número dos del partido se revuelva y plantee batalla o que asuma una decisión que irá endulzada con todos los parabienes imaginables.

Espadas en alto

Mientras, las espadas seguirán en alto. Ayer sólo rompieron el mutismo el líder de los populares andaluces, Javier Arenas, para, sin referirse a Costa ni a Camps, recuperar la doctrina oficial de que la única trama que existe no es de corrupción sino «contra el PP»; y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, quien lamentó la diferencia entre la política que desarrollan los populares en Euskadi y la que ponen en práctica en otros sitios, en alusión a la Comunidad Valenciana.

Los concejales populares vascos, dijo Basagoiti en la cadena Ser, «se juegan la vida por cero euros para defender unos ideales» mientras que otros prefieren «el lujo, el sexo, vivir bien, trincar o no trincar». Ante este panorama, el líder del PP en Euskadi instó a Rajoy a que «aclare y limpie» el partido.

Los socialistas, entretanto, contemplan aliviados la crisis. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, hurgó en el silencio de Rajoy, al que reprochó que siga «sin dar una sola explicación», una actitud, dijo, impropia de quien aspira a gobernar ya que «si no es capaz de poner orden en su casa» es dudoso que acierte con «las decisiones que afectan a España». El vicepresidente tercero, Manuel Chaves, a su vez, situó al líder de la oposición en una encrucijada «de la que no sabe salir».