«Necesitaré mucho tiempo para acostumbrarme»
CORRESPONSAL. BERLÍNActualizado:Herta Müller, quizás la escritora más premiada en Alemania pero poco conocida por el gran público, se convirtió ayer, gracias a la magia del premio Nobel, en la nueva estrella del panorama literario germano. Aunque la escritora ha publicado más de 20 libros y su obra era alabada en el mundo de la crítica, su nombre era casi desconocido para los habituales consumidores de literatura.
A partir de la una de la tarde de ayer, todo cambió. «Estoy sorprendida y todavía no puedo creerlo», dijo en su primera respuesta a la noticia que le comunicaron desde Estocolmo. «Por el momento no puedo decir nada más». Una reacción comprensible para una autora que nunca creyó obtener el Nobel de Literatura y que siguió siendo escéptica hasta que recibió la tradicional llamada telefónica que le hizo el secretario permanente de la Academia Sueca, Peter Englund.
Este aspecto volvió a ser destacado por la escritora en el marco de una rueda de prensa que tuvo lugar en Berlín. «No lo esperaba y estaba segura de que no pasaría nada», dijo la autora, que escogió un vestido de color negro para presentarse ante los periodistas. «Todavía no puedo hablar sobre ello. Es demasiado pronto y necesitaré mucho tiempo para acostumbrarme».
A pesar de la repentina fama, Müller tuvo un gesto de humildad al referirse al premio. «No es para mí, sino para mis libros. Es la única forma de verlo», dijo. La autora prefirió centrarse en su obra, producto, dijo, de haber vivido durante 30 años bajo una dictadura. «Pero el premio no cambiará mi vida. Yo soy la persona que soy y a causa del premio no seré mejor ni peor».
El galardón despertó una verdadera euforia en el país. Las más diversas personalidades del mundo de la política y de la literatura se apresuraron a felicitar a la escritora y a recordar los méritos que cosechó desde que decidió emigrar de su país natal, Rumanía, para residir en Berlín. El más feliz de todos fue Klaus Wowereit, el jefe de Gobierno de Berlín y uno de los primeros en buscar los micrófonos para felicitar a Müller y alabar su valiente enfrentamiento con el comunismo que imperó en Rumanía hasta diciembre de 1989.
«Me hacer especialmente feliz que ella haya recibido la mayor distinción que puede obtener un escritor, justo cuando estamos recordando el fin de la dictadura en Europa del Este, ocurrida hace 20 años», dijo el presidente de Alemania, Horst Köhler.