Don Juan escarmentado

Jamás pensó que una fantasmada sobre su vida sexual en televisión le saldría tan cara. Mazen Abdul Jawad, un saudí de 32 años que apareció en julio en un programa de una cadena libanesa, ha sido condenado a una pena de cinco años de prisión y mil latigazos.

Fue detenido en agosto por «publicitar el vicio», al ser filmado en su casa de Yeda, en la costa del mar Rojo, contando sus aventuras amorosas y sus métodos para ligar, así como mostrando juguetes eróticos. Sin embargo, las disculpas del joven empleado de Saudi Arabian Airlines, divorciado y con cuatro hijos, no han ablandado al tribunal. En el país árabe, uno de los más conservadores de mundo, hablar de sexo en un medio de comunicación está estrictamente prohibido, así como también son perseguidas las relaciones extramatrimoniales. La entrevista formaba parte del programa La osada línea roja, del canal internacional libanés LBC.

El abogado de Mazen, Abdul Jawad, anunció que recurrirán la sentencia, ya que la cadena grabó algunos momentos sin consentimiento, según aseguró a la agencia Bloomberg. Además, el letrado afirma que su cliente no hablaba de sí mismo cuando contaba su primera experiencia sexual a los 14 años con una vecina y otras de las aventuras.

Según las autoridades saudíes, se recibieron más de doscientas quejas de espectadores furiosos tras el programa. Las oficinas de Riad y Yeda de la cadena LBC, que están controladas por uno de los hombres más ricos del mundo y miembro de la casa real saudí, el príncipe Alwalid bin Talal, fueron cerradas en agosto por orden del viceprimer ministro del país.