Cameron muestra su euroescepticismo ante los conservadores británicos
Clausura el congreso de su partido con un discurso vago en el que define a la UE como una institución opaca
CORRESPONSAL. LONDRESActualizado:David Cameron, el líder conservador a quien los sondeos llevan a la jefatura del próximo Gobierno británico, clausuró ayer la conferencia anual de su partido sin aclarar qué hará en caso de que Polonia y República Checa ratifiquen el Tratado de Lisboa, un acuerdo que la población irlandesa ya aprobó el pasado fin de semana en referéndum.
Los tories británicos habían asegurado que no habría nuevos anuncios sobre sus intenciones en esta conferencia y que mantendrían su política basada en dos criterios: que convocarán un referéndum y pedirán el voto negativo si el Tratado de Lisboa no ha agotado el proceso de ratificación cuando lleguen al Gobierno y, en caso contrario, que no dejarán «que el asunto se duerma».
David Cameron cerró ayer la conferencia con un largo discurso en el que fue abordando la filosofía de un futuro gobierno conservador en diferentes áreas de actualidad. Sin embargo, sus excursiones por la política internacional se limitaron a la situación en Afganistán -donde se comprometió a perfilar una estrategia sobre qué objetivos se pretenden con la guerra, con el fin de ofrecer un horizonte próximo al regreso de las tropas británicas- y a una breve mención a la política sobre Europa. La primera alusión fue negativa. Cuando hablaba de la necesidad de reformar la política de Westminster, desacreditada en los últimos meses por el escándalo de los gastos injustificables que diversos diputados cargaban al bolsillo del contribuyente, llegó a la siguiente conclusión: «Pero si hay una institución política que necesita descentralización, transparencia y responsabilidad, ésa es la UE».
En los años setenta, la izquierda británica se oponía a la integración en la entonces Comunidad Económica Europea y los conservadores, con Edward Heath como primer ministro, ganaron el referéndum de incorporación en aquel llamado Mercado Común. David Cameron se introdujo en los reflejos de la historia sobre el presente para criticar a los laboristas por su posición ahora más favorable a las políticas de la UE.
«En las últimas décadas, algo extraño ha ocurrido en la izquierda. Gente que se considera a sí misma como progresista se ha enamorado de una institución a la que nadie elige, a la que nadie puede derrocar y cuyas cuentas no han recibido el visto bueno durante más de diez años», dijo.
Reiteró entonces la política conservadora tradicional, basada en el principio de subsidiaridad, por el que se da a la UE el poder de enfocar la respuesta conjunta a asuntos de ámbito internacional -enumeró el cambio climático, la pobreza en el mundo y la extensión del comercio libre y justo-, pero que cree que «se deben devolver a la política democrática y responsable los poderes que la UE no debe tener».