Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
arte

La lluvia flamenca regresa a Jerez

L. V. |
JerezActualizado:

Eva Yerbabuena volvió ayer al escenario que acogió el estreno de su Lluvia para incidir en el éxito de su última creación. Un espectáculo cargado de matices, con ligerísimas variaciones del que se presenciara en el marco del Festival de Jerez de este mismo año, la obra volvió a crear una atmósfera envolvente y embriagadora de la que los espectadores no pudieron desprenderse hasta el último movimiento de la granadina.

Milongas, tarantas, murcianas, tanguillos, alegrías y una soleá en la que la bailaora se ha superado a sí misma con gestos plásticos y diferentes a todo lo visto hasta ahora componen la esencia del espectáculo. Vida, muerte, melancolía, desamor y flamenco son las sensaciones, los estados, que a Eva Yerbabuena le provoca la lluvia. Siempre dijo que, en este momento de su vida y de su trayectoria profesional, este espectáculo era «lo que quería».

Como en su anterior visita al coliseo jerezano, Yerbabuena estuvo acompañada anoche por Paco Jarana y Manuel de la Luz, al toque; José Valencia (en sustitución de Enrique El Extremeño), Pepe de Pura y Jeromo Segura, al cante; y un nutrido cuerpo de baile con nombres como el de Mercedes de Córdoba o Irene Lozano. No es de extrañar que con tal elenco y ejecución, Lluvia ya haya sido reclamada en varios países al otro lado del charco.

‘Flamenco viene del Sur’

Con Lluvia, el Teatro Villamarta albergó anoche la primera de las dos representaciones del ciclo Flamenco viene del Sur, que organiza la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y que, por segunda vez consecutiva, incluye a Jerez en su itinerario por las ocho provincias andaluzas. El segundo de los espectáculos previstos en el recinto de la plaza Romero Martínez tendrá como protagonista indiscutible al jerezano Antonio El Pipa el próximo 12 de noviembre.

El estreno de este ciclo dedicado al arte jondo no podía ser mejor que con una obra en la que Eva Yerbabuena explora sus inicios y se muestra más intimista desde el desamor y la pura melancolía. Un poema de Horacio García –El silencio hace daño cuando es puro– puso el broche de oro a la representación de ayer.