El decano de los jueces jerezanos, Juan José Parra, leyó el documento donde se resumen las demandas de la APM en los juzgados de la avenida Tomás García-Figueras. / J. CABELLO
REACCIONES

La mayoría de jueces que votaron «sí» a la huelga fueron al final a trabajar

El seguimiento según los convocantes fue más del 95% en Jerez, aunque para ello contabilizaron a todos los que apoyaron la protesta, asistieran o no a su puesto Sólo seis de los 114 llamados al paro en la provincia no acudieron a sus despachos

CÁDIZ / JEREZ / ALGECIRAS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dos versiones antitéticas sobre un mismo conflicto. La guerra de cifras, según sople el viento, para argumentar a favor o en contra del éxito de una huelga o manifestación tiene rango ya de costumbre en este país. Pero las diferencias de análisis que se hicieron ayer sobre el grado de movilización que había tenido la protesta de los jueces y magistrados en Cádiz son abismales.

La decana del colectivo en la capital, Nuria Orellana, cifró la participación «en más del 50%», definiendo el paro profesional de «mayoritario». Su compañero de Jerez, Juan José Parra, que es además delegado provincial de la única asociación que apoyaba la huelga, la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM), lo elevaba al 95% en su demarcación. En el Campo de Gibraltar, las cifras aportadas por el decano de Algeciras, Jesús Manuel Madroñal, estaban en la misma línea: un 55% de seguimiento. Pero el dato oficial, suministrado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), señalaba que sólo 6 de los 114 jueces que componen la planta judicial gaditana secundaron el paro; lo que supone un irrelevante 5,2%. Desde el Alto Tribunal se había dado la orden a los decanatos y presidentes de audiencias provinciales de que informaran, nombre por nombre, del seguimiento.

La razón de tanta diferencia es que el TSJA sólo computó a aquellos profesionales que no acudieron a su puesto de trabajo, como ocurre en todo conflicto que estalla en sectores más reivindicativos como la industria, los servicios o los propios funcionarios de las administraciones públicas; mientras que los convocantes de la protesta incluyeron a todos los que se posicionaron a favor de la huelga, aunque en el día de ayer estuvieran en sus respectivos despachos. Se agarraban a que no celebraron juicios; aunque hubieran aplazado para otro día los señalamientos, dejando así en blanco la agenda del día. Con un simple vistazo a las principales sedes judiciales de la provincia se podía comprobar que la normalidad reinaba en los distintos órganos y que en algunos de ellos, como ocurriera en el edificio de San José de la capital, no se suspendieron las vistas orales fijadas para ayer, como confirmaron los propios usuarios a este medio.

El propio decano de Algeciras reconoció que la huelga que habían secundado fue sui generis porque sí acudieron a trabajar, pero sólo para resolver los asuntos de urgencia. Aunque definió de servicios mínimos la cobertura de sedes como el juzgado de guardia, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ya advirtió que no establecía esas cuotas porque no reconocía la huelga.

El decano de Jerez calificó de «absurdos» los datos facilitados por el TSJA. «Qué más da que esté en mi casa o no, mientras secunde la huelga. Es muy duro contabilizar por no asistencia, así es muy fácil y si fuera de esa forma entonces nosotros nunca haríamos huelga».

Esta vez, a diferencia de la protesta de febrero que en Cádiz se visualizó con una gran concentración en una de las sedes judiciales, la huelga apenas fue sentida por los ciudadanos en la capital. Sólo tres jueces salieron a la puerta de los juzgados de San José en representación de sus compañeros. El titular del Contencioso-Administrativo nº 4, Constantino Merino, leyó el manifiesto donde rezan las quejas del colectivo promotor de la protesta: «Las medidas de refuerzo que el Gobierno va a poner en marcha son claramente insuficientes». Éste puede ser el mejor resumen del sentir de la APM, el único colectivo al que no le convence el Plan de Modernización aprobado por el Gobierno y que sí ha servido para que otras asociaciones, como la progresista Jueces para la Democracia, le den un voto de confianza al equipo del ministro Francisco Caamaño.

La concentración más numerosa se vio en Jerez. A las puertas del edificio Tomás García-Figueras se congregó un buen número de magistrados. Una sede judicial que se puso como ejemplo del mal estado de muchas infraestructuras.

Por su parte, el delegado provincial de Justicia, Domingo Sánchez-Rizo, destacó la «escasa» repercusión que había tenido la protesta entre los ciudadanos, «que lo han visto como un día más». Y no dudó en calificar la huelga «de total fracaso».