Clara no habla claro

Una semana más, y van muchas, el Marco de Jerez no termina de sacar la cabeza de la crisis que arrastra. La situación se está convirtiendo en esperpéntica porque nadie da su brazo a torcer. Ayer visitó la ciudad la consejera de Agricultura, Clara Aguilera, para reunirse con los alcaldes de las diferentes localidades que están padeciendo esta problemática.

Al encuentro no estaban invitados los viticultores agraviados, que levantan la voz para mostrar su malestar con Aguilera, pues aún no se ha dignado a recibirlos desde que comenzó a fraguarse la crisis. Tan sólo sus técnicos han tenido constancia de las demandas de los agricultores en reuniones anteriores. De hecho, hoy se manifestarán en Sevilla a las puertas de la Consejería de Agricultura por segunda vez en menos de un mes para pedir ayudas.

Reconozco que hasta el momento siempre había defendido que la postura de la Junta en este asunto me parecía lógica en la medida que pide consenso a los subsectores, pero sobre todo porque pienso que los productos complementarios deben hacerse con vinos del Marco, algo que algunos subsectores agrícolas no consideran tan prioritario.

Sin embargo esta situación de estancamiento actual me da que pensar. Por ejemplo, la consejera llega a Jerez, en teoría para dar un paso adelante en este asunto, y rehuye el contacto con los viticultores, algo que no parece lógico, pues cuando menos debería escuchar sus voces e intentar tranquilizar la situación.

De hecho, tengo la impresión de que está recogiendo el brazo tendido en un primer momento para ofrecer ayudas, porque de momento no ha cuantificado cómo serían. Ojalá me equivoque, pero el posicionamiento actual de la Junta parece más encaminado a dar largas a los implicados que soluciones.