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Philippe Rondot. / AP
MUNDO

El testigo clave hunde la estrategia de Villepin en el 'caso Clearstream'

F. ITURRIBARRÍA
PARÍSActualizado:

El general Philippe Rondot, testigo clave del caso Clearstream, arruinó ayer ante el Tribunal Correccional de París la defensa del ex primer ministro Dominique de Villepin, principal acusado de la conspiración contra Nicolas Sarkozy antes de conquistar el Elíseo. El espía militar declaró que los apellidos húngaros del presidente aparecían en las listas falsas de supuestos beneficiarios de cuentas bancarias en el extranjero y que Villepin le dijo que Jacques Chirac, el entonces jefe del Estado, le había dado instrucciones para que se investigara el asunto.

Artífice del arresto en 1994 en Sudán de Illich Ramírez Sánchez, Carlos, Rondot cumplió ayer 73 años bajo la atención mediática. Su testimonio no defraudó a quienes esperaban que fuese el sepulturero de las esperanzas de Villepin por probar su inocencia frente a la imputación de complicidad en denuncia calumniosa. Fue un desmentido punto por punto de la versión de ex jefe del Gobierno.

Reputación militar

«Sé que en Francia los militares no tienen buena reputación, pero no tengo un cerebro de mosquito», protestó el oficial de los servicios de información. «La experiencia me ha probado que a veces a partir de una fuente frágil o de un hilo delgado se llega a la captura de un terrorista», se autojustificó. La explicación venía a cuento de sus relaciones con Imad Lahoud, sospechoso de ser el autor de los listados manipulados de personalidades con dinero negro en Luxemburgo. Este operador financiero franco-libanés trabajó en el banco londinense de la familia Bin Laden y le hizo creer que podía llevarle hasta el terrorista internacional.

En marzo de 2004, el confidente de Rondot fue detenido en la investigación por estafa. El general testificó que Villepin le telefoneó entonces para que lograra su puesta en libertad. El ex primer ministro siempre ha negado conocer a Lahoud.