ESPAÑA

Los piratas piden una gran suma de dinero y Defensa prevé que el secuestro será largo

En las negociaciones participará el embajador Nicolás Martín Cinto, cuyas gestiones fueron cruciales para liberar al periodista José Cendón

VICTORIA / MADRID Actualizado: Guardar
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El secuestro del Alakrana, capturado el viernes con 36 tripulantes, entre ellos ocho gallegos, siete vascos y un andaluz, ha entrado, como se preveía, en una fase de estancamiento, una vez que el buque ha fondeado ante Haradhere, en la costa de Somalia, vigilado de cerca por una fragata española y otra francesa. Es el momento de la estrategia y, según fuentes cercanas a la negociación, los piratas ya han pedido «una gran suma de dinero». No quisieron precisar la cifra, pero sí que sería más alta que la exigida en abril de 2008 por el Playa de Bakio -un millón de euros, según reveló entonces este periódico-, pues el Alakrana es un buque nuevo, botado hace tres años con un coste de 30 millones. Sobre lo que ocurrirá a partir de ahora la ministra de Defensa, Carme Chacón, apuntó ayer que el secuestro puede ser «más largo» que el del año pasado, que duró seis días.

En las negociaciones desempeñará un papel decisivo el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, cuyas gestiones resultaron cruciales para la liberación del periodista José Cendón, apresado durante 38 días al norte del país, y en el desenlace del Playa de Bakio.

El Ministerio de Defensa confirmó el envío a Somalia de varios agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con el fin de agilizar las negociaciones, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores inició los contactos con el Gobierno de Mogadiscio para que interceda ante los clanes locales que controlan a los piratas.

A la espera

En el plano estrictamente militar, el comandante del Mando de Operaciones del Estado Mayor, el general Jaime Domínguez Buj, sólo explicó ayer que «no se observan movimientos que indiquen cambio de actitud de los secuestradores». La situación, por tanto, es de espera, mientras transcurre en secreto la negociación.

Las emisoras de radio de Seychelles hablan de que hay 13 piratas a bordo del Alakrana. Según Chacón, que no quiere hablar de rescates, la acción del Gobierno se despliega «en todos los frentes, el diplomático, el de investigación, el de inteligencia y el de la presión militar». Es en este último aspecto donde se engloba el arresto de dos de los piratas el sábado, cuando huían hacia tierra. Esta operación, o más bien su anuncio público, causaba ayer cierta intranquilidad entre los marineros españoles de Victoria, la capital de Seychelles, pues temían que irritara a los piratas y empeorara la situación de los rehenes. No obstante, por otro lado, señalaban expertos consultados en Kenia, es una señal de fuerza para los piratas, un aviso de que es posible un ataque y aumenta la presión sobre ellos para llegar a un desenlace.

En el campo diplomático, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, mantiene contactos con el Gobierno de Somalia, que le ha asegurado su plena colaboración. No obstante, es un país destrozado por la guerra civil desde 1991, fragmentado en zonas de poder de distintos bandos y las autoridades son endebles, a duras penas controla el territorio.

Traficante de armas

Como ejemplo de autoridad alternativa al Estado somalí figura Mohamed Alí Hassan, alías Afweyne, traficante de armas, extorsionador y jefe de los asaltantes que surcan estas peligrosas aguas. Paradójicamente, Afweyne fue uno de los invitados estelares en la fiesta aniversario de la coronación del presidente libio Muamar Gaddafi, celebrada a principios de septiembre y a la que acudieron diversos mandatarios internacionales, entre ellos el ministro Miguel Ángel Moratinos.

Defensa repite una y otra vez que la prioridad es la seguridad de la tripulación y es aquí donde entra la incógnita de una intervención militar rápida. Es lo que ha hecho, por ejemplo, el Gobierno francés en todos los casos. En 2008 lanzó dos acciones contra piratas que liberaron ilesos a los rehenes. Pero en la tercera ocasión, el pasado mes de abril, murió un tripulante. No obstante, fue un caso especial. Se trataba del yate Tanit, que, en una incomprensible imprudencia y desoyendo todas las advertencias, se adentró en la zona, incluso con un niño. En cualquier caso, la línea de Francia es clara y efectiva a largo plazo: no pagan rescates y atacan. España ha dado una primera señal de este tipo con el arresto del sábado. El resultado es que los piratas evitan los pesqueros franceses. Pero la otra razón, indudablemente, es que desde julio llevan cuatro militares a bordo.

Las comparaciones con Francia no cesan y es éste el asunto de mayor debate en España. El Parlamento, con el voto del PSOE, rechazó la propuesta de dotar de militares a la flota atunera y Defensa argumenta que legalmente, y también desde el punto de vista operativo, no es viable. Ayer Chacón volvió a repetirlo de forma tajante: «Todo el mundo querría en lugares peligrosos un militar en la puerta de su negocio, pero eso no es posible». En otra frase que resultará polémica sugirió que «si alguien quiere cien por cien de seguridad me temo que habrá que buscar caladeros alternativos». Como propuesta, Chacón insistió en la seguridad privada y volvió a subrayar que el Alakrana se había alejado hasta 400 millas de la zona de seguridad.

Los marineros españoles de Seychelles aseguran que el Índico ya es desde los ochenta el caladero alternativo al Atlántico, desde que allí empezó a hundirse la pesca. Al mismo tiempo, arguyen que toda una industria formada desde entonces no se improvisa de la noche a la mañana.