Shoichi Nakagawa, en Roma.
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Hallan muerto al ex ministro japonés que acudió ebrio al G-7

Nakagawa tuvo que dimitir como titular de Finanzas tras el escándalo de Roma

TOKIO Actualizado: Guardar
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La muerte política del ex ministro de Finanzas japonés Shoichi Nakagawa se certificó en febrero al verse obligado a abandonar el partido tras intervenir presuntamente ebrio ante al cumbre del G-7 en Roma. Ha pasado siete meses intentando superar la vergüenza, pero el final de Nakagana ha sido dramático. El político nipón, que tenía 56 años, fue encontrado ayer muerto por su mujer en una habitación de su vivienda de Tokio, acostado boca abajo sobre la cama y sin signos de lesiones externas.

El inicio de la tragedia hay que buscarlo en el día que el ex ministro se presentó ante los periodistas del G-7 visiblemente cansado, con dificultades para articular las palabras, medio dormido y con el pelo revuelto. Síntomas que todos entendieron que eran de embriaguez. Inicialmente argumentó que su aspecto de ebrio se debía a la influencia de los medicamentos para el resfriado y al 'jet lag'. Sin embargo, importantes correligionarios de su partido, entre ellos el ex primer ministro Yoshiro Mori, lo censuraron abiertamente. Criticaron su desmedida afición al alcohol y, desde entonces, las cadenas de televisión emitieron hasta la saciedad las imágenes. Eso forzó a Nakagawa a abandonar el Gobierno.

No les duró mucho la alegría a sus compañeros de formación, porque el PDL perdió las elecciones generales celebradas el 30 de agosto pasado. Fue derrotado por el Partido Democrático de Japón (PDJ) de Yukio Hatoyama, que puso fin a casi medio siglo de hegemonía casi ininterrumpida de los conservadores. La clave del cambio estuvo en la evidente mala gestión, el estancamiento económico y la propensión a los escándalos del PDL.