La Guardia Civil y efectivos de Salvamento Marítimo tapan el cadáver con una manta./ ROMÁN RÍOS
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Recuperan el cadáver del buzo 24 horas después de su desaparición en Barbate

«El accidente ha causado un fuerte impacto emocional» en la localidad del joven fallecido, asegura el alcalde de Vejer

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Su muerte reúne todos los elementos para que no haya dejado impasible a nadie en su localidad natal, Vejer: tenía tan sólo 23 años, se había estrenado como padre hace siete meses y su fallecimiento ha llegado de forma sorpresiva, sin avisar. Julián Núñez Ureba murió cerca de la costa barbateña cuando practicaba una de sus aficiones, la pesca submarina. No iba solo e incluso antes de que se le viera por última vez hizo gestos para advertir que algo le estaba ocurriendo. Pero sus compañeros no pudieron hacer nada. Su cuerpo se hundió en torno a la una de la tarde del sábado y 24 horas después fue rescatado ya sin vida.

La muerte de este joven vejeriego se ha sentido de manera especial en su pueblo, como afirmaba ayer a este medio el alcalde de Vejer, Antonio Verdú. «Son una familia muy conocida porque su padre tiene una autoescuela. El accidente ha causado un fuerte impacto entre los vecinos. Nos hemos quedado todos helados».

Dentro de la desgracia, Verdú sólo tiene palabras de agradecimiento para el pueblo vecino de Barbate, que puso sus medios en el dispositivo de búsqueda que se inició en el mediodía del sábado. «Se volcaron en el rastreo, al igual que la Armada, la Guardia Civil y Salvamento Marítimo».

A la espera de la autopsia

Finalmente han sido los buzos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) del Instituto Armado los que localizaron ayer, a las doce y media de la mañana, el cuerpo de Julián a tres millas del puerto deportivo de Barbate. Tras ser llevado a tierra, el cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Cádiz para la práctica de la autopsia. Este informe esclarecerá qué le ocurrió al fallecido cuando se sumergió en el agua por última vez.

La víctima había salido al mar en compañía de dos amigos. No era la primera vez que hacía inmersiones. Según el relato de las últimas personas que lo vieron con vida, al poco de tirarse los tres al agua, el fallecido ascendió a la superficie haciendo gestos que indicaban que algo no estaba marchando bien. En cuestión de segundos, volvió a sumergirse y ya no regresó. Sus amigos fueron en su busca, pero no dieron con él. Regresaron de nuevo a la superficie, esta vez para pedir ayuda. A partir de ese momento se activó el dispositivo de rastreo, que se suspendió al caer el sol.

El accidente ha alterado la agenda de su pueblo, debido a la consternación que reina en él. Antonio Verdú confirmó que para la jornada de hoy se ha decretado un día de luto oficial en la localidad. Y el rastrillo que debía celebrarse ayer fue suspendido en señal de condolencia hacia la familia de la víctima.

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