¿Les suenan?
Rouland Mouret, Michael Kors, Sophia Kokosalaki, Rodarte, Jason Wu, Proenza Schouler, Thakoon Panichgul... La moda catapulta nuevas y grandes firmas
Actualizado:Armani, Dolce&Gabbana, Prada, Versace, Louis Vuitton, Chanel, Dior... Son las firmas más famosas, vendedoras y, por supuesto, copiadas. De momento. Repasen ahora esta lista. Proenza Schouler, Marios Schwab, Sophia Kokosalaki, Olivier Theyskens, Reem Acra, Michael Kors, Zac Posen, Rouland Mouret, Isabel Marant, Rodarte, Marchesa, Jason Wu, Alexander Wang, Thakoon Panichgul... No son de segunda división. Juegan en la misma liga. La de la moda más lujosa y exclusiva. Pero sin el reconocimiento asombrosamente mediático de los primeros. Aún.
La mayoría procede del otro lado del Atlántico y prepara el asalto a Europa; si es que no la han conquistado ya. No son unos recién llegados. A punto de cumplir los cincuenta, Kors ha triunfado en solitario y poniendo su talento al servicio de una de las grandes firmas europeas. Rejuveneció la histórica maison Céline, adaptando el «estilo americano al lujo europeo». Amante de las actrices de Hitchcock, tiene alma de psicólogo. Construye patrones «sin mucha estructura» con los que complacer a las mujeres, deseosas siempre de tener unos «culos y muslos más pequeños», y agradar a los hombres, armándoles «unos hombros más grandes y una cintura más estrecha».
Como al salir de la cama
Jason Wu sedujo a la mujer de Obama. Le tocó la lotería cuando Michelle lució un vestido suyo blanco asimétrico con cola de sirena en el baile posterior a la toma de posesión de su marido. Una tienda de Chicago le encargó, sin él saberlo, el modelo para una «clienta muy especial». Anhela la elegancia sin «grandes estridencias» y le apasionan las faldas con mucho vuelo y por encima de la rodilla. Los diseñadores de origen asiático han pegado un golpe en la moda americana. Es el caso de Thakoon Panichgul. Nacido en Tailandia, trabajó de columnista de moda en la revista Harper's Bazaar. Evoca el glamour del viejo Hollywood con modelos ultrasensuales y femeninos. Propone prendas «ponibles» y confiesa que nunca hará «ropa depresiva en épocas deprimentes» porque juzga la moda como un espacio para «los sueños y la fantasía». Quizá por eso su color favorito es el fucsia. Alexander Wang, el creador de las medias rasgadas y cremalleras visibles, ha enganchado a numerosas celebrities -Kate Moss, Lindsay Lohan y Chloë Sevigny- vistiéndolas «como si acabasen de salir de la cama» y con un look a medias entre lo alternativo y el lujo. En dos palabras: el grunge-chic.
Muy joven aún, pero cargada de espolones, la griega Sophia Kokosalaki vuelve locos a los grandes empresarios del glamour. Todos acaban encaprichándose de ella, pese a salir de malas formas de Vionnet. Es ahora la jornalera de lujo del dueño del imperio Diesel. Alta, grande y amante de los drapeados, como buena helena, no se parece en nada a las mujeres para las que diseña. Para llevar su ropa, cuenta, hay que estar «delgada».
El hijo del carnicero
En cambio, sigue siendo un misterio saber cómo son las clientas de Olivier Theyskens, el protegido de la temible Anna Wintour. Nadie cuestiona el ingenio de este incomprendido. Pero Nina Ricci y Rochas lo pusieron de patitas en la calle sin dudar un instante. Es, pese a todo, un nombre imprescindible. Como el de la francesa Isabel Marant, empeñada en diseñar prendas que parece que le pertenecen desde siempre a quien las lleva puestas. O el de Zac Posen, que fusiona moda y naturaleza con vestidos abullonados como «huracanes y tornados» y faldas «como campos de trigo». Difícil será ver entre maizales al dúo Proenza Schouler, que ha hecho de las fiestas una de las razones de su éxito. Con los apellidos maternos bautizando la firma, Lázaro Hernández y Jack McCcollough tocan la gloria ajustando siluetas femeninas con motivos geométricos.
Al mundo de la moda ha regresado para quedarse el parisino Rouland Mouret. Con nuevo nombre -RM-, tras la trifulca mantenida con sus socios. Hijo de un carnicero de Fátima, es la gran figura americana. Tras revolucionar la industria del lujo en 2006 con el vestido Galaxy -uno de los más copiados desde entonces y reconocible por su manera de recorrer las curvas femeninas y marcar cinturas-, no deja de pisar las alfombras rojas desde que el mánager de las Spice Girls le echó una mano (económica) y Victoria Beckham llevó un vestido fucsia con pliegues en cuello y caderas. Mouret cierra una lista que quizá les suene poco aún. Tiempo tendrán de conocerles.