Por la puerta de atrás
Actualizado: GuardarAcaba de empezar la temporada (de moda), con los desfiles mostrando lo que veremos el próximo verano, y a algunos diseñadores ya les han cortado las alas. La vida de los modistos cada vez se asemeja más a la de los entrenadores de fútbol. Les piden estilo y creatividad, pero los resultados (económicos) mandan, por mucho juego (artístico) que den. Se ha instalado también en la industria del diseño la impaciencia, una cualidad muy propia del balompié. A las primeras de cambio, ya le están mostrando a uno el camino de salida.
A la tinerfeña Cristina Ortiz, directora creativa de Ferragamo, le venían soplando los oídos todo el verano. La rumorología, tantas veces desmentida por la casa que la pagaba, la situó con pie y medio fuera de ella infinidad de veces. Igual que los presidentes de clubes, los Ferragamo le aconsejaron que no hiciera caso a tales chismes, hasta que se la han cargado. Un desmentido tan firme, en el fútbol y la moda, sólo debe interpretarse como el preludio de un fulminante despido.
Algo parecido le ha ocurrido al colombiano Esteban Cortázar. De nada le ha servido que le tildasen de niño prodigio o el último talento. Con sólo 24 años, Ungaro le fichó la pasada campaña. No ha aguantado un asalto, tras los discretos resultados de sus tres colecciones. La catalana Estrella Archs ha tomado el relevo sin pestañear.
Con la economía siempre mandando, Ungaro y Ferragamo confirman lo apuntado por Tom Ford en Venecia de que la moda es «un arte comercial, aunque algunos se equivoquen creyendo que es un arte». También revela el cruel destino de los diseñadores cuando juegan a ser modelos, ya que terminan desfilando, pero por la puerta de atrás.