Funcionarios suicidas
Los 24 empleados que se han quitado la vida en año y medio abren una crisis social en France Télécom
CORRESPONSAL. PARÍS Actualizado: GuardarEl Gobierno francés ha renovado esta semana su plena confianza a Didier Lombard, presidente de France Télécom (FT), cuya dimisión había sido reclamada por la oposición de izquierdas a raíz de la ola de suicidios en la empresa. De los 24 empleados que se han quitado la vida en el último año y medio, 23 eran funcionarios. Los sindicatos han convocado paros la semana próxima por considerar insuficientes las medidas del plan contra el estrés en el trabajo.
Orgullo del servicio público a la francesa, el monopolio tuvo que adaptarse en los años 1990 a la apertura de las telecomunicaciones a la competencia en la Unión Europea. Una ley de julio de 1996 transformó FT en sociedad anónima controlada por el Estado, principal accionista con el 26% del capital.
Justo antes de la votación de la ley de privatización fue enrolado el último funcionario. Hoy todavía son el 65% de los 102.200 empleados de la compañía en Francia. FT es el único operador histórico en Europa que ha conservado funcionarios. Ni ha practicado despidos masivos ni sufrido huelgas.
Un clima social apacible, un poderoso comité de empresa y un puesto de trabajo blindado la convertían en un destino envidiable. Hasta que la revolución tecnológica de Internet, la telefonía móvil y las comunicaciones planetarias resquebrajaron el modelo. Para recortar sin despidos una plantilla sobredimensionada, el Estado abrió una ventanilla de movilidad voluntaria y puso en marcha programas de ayuda a la reconversión laboral.
Entre 2005 y 2008, unos 22.000 empleados se fueron de la compañía y otros 14.000 cambiaron de ocupación sin conflicto. Nadie hablaba entonces de los suicidios, pese a que en 2002 se habían producido 29 y en 2003, otros 22.
Esta vez es diferente. Desde febrero de 2008 se han quitado la vida 24 empleados. Con una excepción, todos eran funcionarios. Gente de la vieja escuela, en la recta final de su carrera, escasa de anticuerpos para resistir la presión por la rentabilidad, las primas por resultados y la evaluación permanente.
Los sindicatos, otrora dóciles y acomodaticios, culpan de la oleada de suicidios a los métodos «brutales» de la dirección, a su gestión «mediante el terror»: objetivos inalcanzables, traslados sin previo aviso, incitaciones a la prejubilación, salarios variables, individualización de carreras... Desde el campo de enfrente se denuncia una «monstruosa manipulación» mediática de los sindicatos ante las elecciones al consejo del 15 de noviembre.
Con todo, la tasa de suicidios en FT es inferior a la media en el conjunto de la población francesa en edad de trabajar: 11,7 casos por 100.000 empleados en 2008 y en 2009 frente a 21,6 por 100.000 franceses de 25 a 65 años. Tasas muy inferiores a las de otras profesiones vulnerables como los policías (35 casos por 100.000) o los profesores (39 por cada 100.000). Por no hablar de los parados. Un estudio establece que cada vez que la tasa de desempleo sube un punto porcentual se constata una aumento de los suicidios del 4% al 5%.