El Villarreal sigue en crisis

La ansiedad y los nervios con los que afrontaba el Villarreal su partido frente al Espanyol se notaron desde el primer instante a pesar de que los locales tuvieron la suerte de cara con la expulsión de Forlín. Esta circunstancia pudo haber sido aprovechada por el Villarreal en la primera parte al comenzar a manejar la posesión del balón y asedió la portería de Kameni, pero esta insistencia no creó peligro como para desarbolar a la bien organizada defensa contraria.

Tan sólo a los 28 minutos Cazorla asistía a Rossi, quien sólo ante Kameni no lograba superar al guardameta rival, mientras que diez minutos más tarde se repitió una jugada similar con Pirés como protagonista y Kameni como salvador de su equipo.

Tras el descanso, el juego de los locales lejos de agilizarse en busca de la victoria se ralentizó, ya que un disparo de Cazorla y otro de Marcos Senna fueron las opciones de un Villarreal que con su fútbol lento, previsible y sin ideas chocaba una y otra vez con la defensa españolista.

En el tramo final el Villarreal se mostró más nervioso, incluso desesperado y sin capacidad de reacción para buscar soluciones para cambiar la dinámica negativa en la que se encuentra inmerso.

El Espanyol desde el primer cuarto de hora cumplió un guión perfecto, condicionado por la expulsión de Forlín, ya que se metieron atrás, trabajaron de manera solidaria, aguantando siempre sin descolocarse pese a su inferioridad, una aspecto en el que también favorecía el fútbol gris del Villarreal.