Sin trabajo, sin negocio y sólo con 600 euros al mes

Su vida se truncó hace precisamente seis meses, tras permanecer tres días en los calabozos de la Policía Nacional acusado de un supuesto robo de 460.000 euros. Ahora, está suspendido de empleo y sólo cobra el sueldo mínimo de 600 euros. Además ha perdido su negocio, una inmobilaria cuyo local estaba situado en la calle San Marcos y en su lugar ya hay un nuevo comercio. Su situación comienza a ser desesperada y por ello ya está empeñando sus objetos y joyas, razón por la que ha caído en una depresión de la que le está costando salir.

Un panorama oscuro del que no consigue ver la luz ya que el secreto de sumario sigue vigente y no puede defenderse al no saber bien de qué se le acusa. De momento no ha querido hacer ninguna manifestación pública y esperará a los avances de la investigación para ello. Su apoyo es su familia, en especial sus tres hijos. Él había conseguido llegar a un acuerdo para salir del trabajo una hora antes y poder prestar mayor atención precisamente a uno de ellos, que es autista.

Por la tarde se pasaba por la inmobilaria para hacer algunas gestiones. Los que lo conocen lo tachan de una persona trabajadora que no evidenciaba una vida muy ostentosa aunque sí con comodidades gracias a los ingresos extras de su servicio inmobiliario, que como todos los del sector se había resentido con la crisis económica.

Aunque le aconsejaron que se marchara unos días para despejarse, los problemas financieros por los que atraviesa no le han permitido irse a ningún lugar. Tampoco ha recuperado sus quehaceres diarios aunque sí mantienen contacto con algunos de sus antiguos compañeros. De otros se ha llevado alguna sorpresa tal y como ya afirmara su mujer que espera limpiar el nombre de su marido cuanto antes. Ruiz ya ha vuelto a reunirse con su abogado para seguir preparando su defensa.