Una de las aficionadas al cosplay en el Salón. /NURIA REINA
Sociedad

Su nombre en 'kanji'

El Salón del Manga acerca en San Felipe diferentes aspectos de la cultura y lengua japonesas a través de clases y talleres

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Decenas de niños y adolescentes esperan pacientemente su turno. Al final de la cola, un joven aplica pulcramente la tinta negra sobre el antebrazo de un chico inquieto. El falso tatuaje (sólo dura unos pocos días) revela el nombre del chaval en japonés, mediante varios kanji, un tipo de caracteres utilizados en esta compleja lengua oriental. «Los kanji son ideogramas», apunta Anjhara, presidenta de la asociación Adec Japan, que colabora activamente con la organización Aniraise en la organización del IV Salón Manga de Cádiz. «Como su nombre indica, cada símbolo es una idea. El tatuador transcribe los nombres españoles a este sistema y luego aplica un spray para fijarlo y que dure algunos días», explica esta joven aficionada a la cultura nipona, que reconoce que a pesar de la complejidad del idioma, «se me da mucho mejor que el inglés».

«Para hacernos una idea, un universitario medio conoce unos 2.000 kanji. En mi caso, puedo entender muchos pero no soy capaz de leer tantos. Conozco alrededor de 300 pero manejo cerca de 200», reconoce Anjhara. «Mucha gente piensa que me he cambiado el nombre para la ocasión, pero no es así», bromea.

Junto a esta chica linense, otros estudiantes de japonés imparten clases, venden marcapáginas de papel washi (el mismo con el que se hacen las célebres muñecas del mismo nombre) o informan a los curiosos sobre diferentes aspectos de esta cultura tan distinta a la occidental.

Dentro de la carpa principal instalada en el patio del colegio San Felipe Neri hay un ritmo frenético. Miles de adolescentes disfrutan con las actividades y los stands, algunos lucen impecables disfraces de sus personajes manga favoritos. Otro grupo importante lo conforman los padres que acompañan a los más pequeños. Fascinados, observan a su alrededor cómo sus pequeños retoños se mueven como peces en el agua en estos lares. Los hay que se acercan a los mostradores, curiosos, otros aprenden sus primeras sílabas en japonés y un gran número de ellos se baten en un torneo de go (se juega en una cuadrícula de líneas negras con piedras negras y blancas).

Fuera, el ambiente es más tranquilo. El día fuerte es el sábado, cuando aficionados al manga de toda Andalucía se dejarán ver por San Felipe. El peso de esta cita es tan grande ya (el año pasado logró reunir a más de 28.000 personas) que asociaciones juveniles de toda la región fletan autocares con dirección a la capital gaditana.

Se respira una atmósfera familiar. Pese a que predominan los grupos de jóvenes, son muchas las familias al completo que se acercan cada año al Salón Manga.

Mientras, en el escenario, unos chicos cantan cumpleaños feliz a uno de sus amigos mientras suena de fondo una canción en japonés de una serie de animación famosa.

Adictos al 'cosplay'

Pero, sin duda, lo que de verdad despierta el fervor de los amantes del manga es el cosplay, que consiste en disfrazarse de personajes de cómic o videojuegos e incluso interpretar su papel.

Leti, de 19 años, es una experta en esta disciplina. «Hace unos años gané el concurso del Salón», apunta orgullosa, aunque reconoce con tristeza que este año es el primero que no ha podido hacer cosplay. «Encargé una peluca en Hong Kong por internet y no me ha llegado a tiempo», explica, por lo que decidió ataviarse con un traje de gothic lolita adquirido a través de eBay. Este año, viene con una pequeña discípula, su prima María, de 10 años, vestida como uno de los personajes del cómic Death Note. «Le he hablado de los libros y está deseando leérselos», apostilla Leti.

alenador@lavozdigital.es