Ciudadanos con carteles de apoyo a la reforma de Obama. / AFP
MUNDO

El plan sanitario de Obama da un paso decisivo en el Senado

El Comité de Finanzas aprueba el último paquete de enmiendas a la ley

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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La reforma del sistema de salud de EE UU y su objetivo de proporcionar cobertura a millones de personas sin seguro médico dio ayer un paso decisivo después de que el Comité de Finanzas del Senado diera luz verde al último gran paquete de enmiendas a la ley propuesta por el Gobierno.

Temerosos de posibles reacciones negativas, los congresistas demócratas habían buscado a toda costa suavizar el impacto de la reforma en las familias de clase trabajadora, como las multas que se impondrían bajo la nueva legislación a las personas que rechazaran acogerse a alguna modalidad de seguro. Mientras, los miembros republicanos del Comité trataron de tumbar el proyecto por considerar que está lleno de aumentos de impuestos, el gran argumento al que se han pegado los conservadores para deslegitimar la iniciativa de Obama. Pese al derroche de oratoria en las últimas semanas, apoyados en costosas campañas publicitarias, los republicanos no lograron insertar cambios sustanciales al proyecto.

Tras su avances de ayer, pocos dudan de que el Comité dará luz verde a la reforma -por más que aún hay margen para alguna disensión interna entre la mayoría demócrata- en una votación final que se llevará a cabo la semana próxima. Ese paso abrirá el camino para que el pleno del Senado empiece a debatir la ley a mediados de mes.

En uno de los capítulos más destacados que no ha sido desvirtuado en su trámite en el Senado ni en la Cámara de Representantes, la medida prohibiría que las compañías de salud nieguen cobertura o cobren más a quienes padecen enfermedades preexistentes a la contratación del seguro. También incluye subsidios federales para que millones de personas puedan comprar una cobertura y busca frenar el aumento de los precios de servicios de salud en el país.

Quienes impulsan el proyecto aseguran que se mantiene dentro del coste que Obama fijó, de aproximadamente 900.000 millones de dólares (616.000 millones de euros) durante una década, y que no elevará el déficit federal.

Las buenas perspectivas del plan contrastan con los esfuerzos de la poderosa industria de la sanidad privada, que sigue desplegando su influencia para que su dominio del sector no se vea afectado. Como prueba, un estudio realizado por dos grupos no gubernamentales demuestra que los legisladores demócratas son quienes más dinero han recibido, en forma de donaciones, de grupos de la industria médica y de sus lobbies, en cantidades mucho más abultadas de lo que se creía. Entre los beneficiarios más afortunados se encuentra el jefe del Comité de Finanzas, el senador demócrata Max Baucus. En solo dos años recibió un aluvión de donaciones de empresas farmacéuticas -70 en total-, de las cuales la mitad procedían de un solo fabricante.