«Yo quiero casarme, pero lo de irme a España aún no lo he pensado»
La hondureña afirma que el gobierno «se ha ensañado con Toni» por la actitud política de Zapatero con el golpe
CHIPIONAActualizado:Una amiga común que residía en Sanlúcar puso en contacto a María Antolina y a Antonio Porta hace un año. Desde entonces, la vida de ambos giró en torno a internet y el teléfono hasta el esperado encuentro. Ahora, con su novio en la cárcel, esta mujer vive entre la necesidad de atender su trabajo y la angustia de tener entre rejas al hombre con el que quiere casarse.
-¿Cuándo fue la última vez que vió a Antonio?
-Fui a verlo el miércoles y le llamo todos los días -por la mañana y por la tarde- a través de un señor que tiene teléfono y que nos lo pasa. También iré a la cárcel el sábado y el domingo que son los días de visita. Estoy muy preocupada y me da mucha pena. ¡Jamás me hubiera imaginado que algo así fuera a pasar!
-¿Y cómo está él?
--Toni se siente muy seguro de que va a salir. Anoche lo llamé y me dijo que una persona muy influyente de España había ido a visitarlo y le había dicho que lo iba a sacar de allí. Pero no me dio nombres.
--¿En qué condiciones vive en prisión?
-En la cárcel, lo que más comen es arroz con frijoles. La cónsul le llevó una colchoneta para dormir. Le recogemos la ropa para lavársela, y también le llevamos comida para que mi sobrino y Toni tengan suficiente durante varios días.
-¿Mantiene contacto con la familia de Antonio en Chipiona?
-Sí, he hablado con la señora, y con sus hermanas, y les he dicho que desde aquí estamos trabajando duramente para conseguir que salga. Ellas me dijeron que les tranquilizaba el saber todo el apoyo que Toni está teniendo aquí. En mi barrio también saben que la condena es injusta y querían hacer una marcha a favor de nosotros, porque nos conocen y saben que nunca hemos tenido problemas con nadie.
-¿Puede contar qué sucedió exactamente el día que los detuvo la Policía?
-Yo a él lo llamé por la mañana y me dijo que no había desayunado. Por eso salió a la calle a comprar, pero se encontró con todos los negocios cerrados. Le dije que estaba el toque de queda pero él me respondió que no importaba, que había mucha gente en la calle. Así que fuimos a buscarlo al centro de Tegucigalpa para traerlo a mi casa y que pasara el día con nosotros. Coincidió que uno de mis sobrinos, que vive cerca del Estadio Nacional, quería salir a la calle pero le daba miedo hacerlo solo porque había muchos militares. Yo le pedí a Toni que se quedara dentro del carro, pero él se puso en que iba y que iba. Se colocó delante de nosotros, y entonces fue cuando nos apresaron.
«No tiró piedras»
-La Policía dijo en el juicio que estaba tirándoles piedras...
-Están inventando, él no ha acudido jamás a ninguna marcha ni nada parecido. Ha estado ajeno a todo, sólo llevaba aquí cuatro días. La jueza le acusó sin tener pruebas y los policías se prestaron para mentir, diciendo que él tiró piedras desde una casa de dos plantas. Además, tanto Toni como mi sobrino iban vestidos de rojo y negro, y por eso los tomaron por comunistas. Aquí no tenemos libertad ni para vestirnos, cuanto menos para decir lo que pensamos.
-¿Cree que su condición de español ha tenido que ver en su condena?
-Yo pienso que sí. Este señor, Micheletti, está cometiendo muchas injusticias, y no sólo con nosotros, sino con mucha gente. Toni no es el único extranjero que está encarcelado, hay varios, pero yo creo que se han ensañado con él por ser español, a causa de las medidas represivas que desde allá se han tomado con este gobierno.
--Él está muy ilusionado con casarse...
-Sí, yo quiero casarme con él, pero todavía no había pensado en irme a España, yo aquí en Honduras tengo mi trabajo.