Empleo más competitivo
Actualizado: GuardarE l último Boletín Económico del Banco de España continúa reflejando un panorama preocupante, dado que cuando la caída de la actividad y del empleo parece atenuarse, se produce un retraimiento del consumo y de la confianza social. Resulta significativo que si bien se ha ralentizado el incremento del desempleo, éste comienza a afectar más seriamente a los trabajadores con contrato indefinido. Junto a esto, el hecho de que el déficit de la Administración central se haya multiplicado por cuatro en un año, situándose en el 5,7% del PIB, y la reducción experimentada por el superávit de la Seguridad Social vienen a confirmar un cuadro de dificultades para que la economía española alcance el inicio de la reactivación sin que su tejido productivo se resienta más y sin que el déficit aumente por la pérdida de más puestos de trabajo. Frente a ese panorama, tanto el diálogo político como el social parecen guiarse más por la necesidad que cada uno de sus protagonistas siente de defenderse, tratando de no moverse lo más mínimo de sus posiciones, que por el interés común de procurar una pronta y continuada recuperación de la economía. En este sentido, las manifestaciones del secretario general de CC OO, Fernández Toxo, abogando por una reforma laboral centrada en torno a la negociación colectiva, podrían abrir una esperanzadora puerta al entendimiento entre empresarios y sindicatos si no continuase mostrando una concepción unívoca y unidireccional de la reforma. La precariedad laboral no sólo constituye una fuente de inseguridades e injusticias para el trabajador. Representa un lastre que frena el desarrollo de una economía competitiva en la que la cualificación profesional de los empleados ha de constituir uno de sus pilares fundamentales. Pero una reforma centrada en la negociación colectiva no puede plantearse como objetivo reducir las tasas de precariedad existentes si no procura la apertura de los convenios a contratos laborales que se adecuen a los cambios que introduce la internacionalización de la economía. No sería congruente endosar a la negociación colectiva la ardua tarea de reducir las tasas de precariedad sin que se contemple la modificación de la legalidad vigente de manera que favorezca la unificación de los vínculos laborales hasta desembocar en un único modelo contractual. Toxo tuvo ayer el acierto de reclamar «menos rotondas y más fibra óptica», en su crítica a la inconsecuencia con la que el Gobierno ha dejado de lado en los Presupuestos para 2010 la apuesta por la innovación. Pero ésta no constituye sólo un atributo tecnológico; debe alcanzar también a la adecuación de las relaciones laborales a un marco altamente competitivo.