Brown besa a su esposa Sarah después de intervenir en el congreso laborista. / REUTERS
MUNDO

Brown revive viejos fantasmas

El líder laborista alerta sobre el regreso del 'thatcherismo' y propone batallar con una agenda que responda a la crisis con más gasto social

CORRESPONSAL. LONDRES Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El primer ministro y líder laborista británico, Gordon Brown, ofreció ayer en el discurso a la conferencia anual de su partido la visión de un Gobierno que, en su cuarto mandato consecutivo, crearía un nuevo modelo de economía y de política si consigue derrotar a los conservadores, que intentarían regresar al poder ocultando sus planes de recuperar el thatcherismo.

Las conferencias anuales de los partidos de Reino Unido indican el tono que tendrá la política en los meses de invierno y los laboristas llegaron a la suya en este otoño con los sondeos señalando una desventaja de quince puntos porcentuales frente a los tories de David Cameron en el camino hacia las elecciones de junio.

Sobre la personalidad de Brown se han escrito ríos de tinta y la última entrega de la saga es que está aquejado de problemas de salud. Pero los políticos laboristas, que cerraron en junio una agria disputa sobre el liderazgo, argumentan que lo que falta es una explicación coherente de su programa de gobierno, un motivo para su campaña electoral. El líder laborista no desechó ayer la oportunidad de volver al reciente pasado, de recordar a la conferencia que sus políticas habrían amortiguado el impacto de la crisis financiera. Este aspecto sirvió sobre todo para fustigar a Cameron al afirmar que (los conservadores) «se equivocaron ante la más grave decisión del siglo».

Pero para justificar un gobierno futuro eso no es suficiente, y el dirigente laborista se remontó aún más hacia el pasado con el fin de presentar lo que él llamó «la más importante elección en una generación». La línea divisoria que Brown quiere marcar es entre un laborismo que mantiene el gasto social y unos conservadores que devolverían al país «a las ciudades de cartón de los años ochenta». El cartón era el abrigo de las personas sin vivienda que dormitaban en las calles tras la crisis de final de los años setenta, a la que el Gobierno de Margaret Thatcher respondió con presupuestos públicos austeros, que crearon desempleo y fracturas sociales.

Una parte de la sociedad británica cree que las políticas de Thatcher permitieron un resurgimiento de la economía británica y otra parte, que elige a los políticos que se congregaban ayer en Brighton, considera que era una receta innecesaria y que se tradujo en un alto coste para los más pobres.

Apoyo a las familias

Brown contrapuso ayer una política conservadora de «pesimismo y austeridad» a la laborista de «prosperidad y esperanza». Ésas fueron las grandes palabras, las líneas que el jefe del Gobierno traza en la arena de la política británica. Pero Brown ha adquirido reputación como un político puntilloso, más ducho que su predecesor, Tony Blair -maestro de la oratoria-, en la confección de políticas parciales, y ayer ofreció a los laboristas un programa electoral en torno al que puedan agruparse.

Gordon Brown propuso reformas del sistema de seguridad social con la creación de un servicio nacional de asistencia a los ancianos, la supervisión por el Estado de familias problemáticas, más dureza contra la conducta antisocial y el aplazamiento del carné de identidad obligatorio que los propios laboristas querían introducir. Ofreció un nuevo servicio gratuito de guarderías, el mantenimiento del gasto público en educación secundaria y profesional. Y, al mismo tiempo, un cambio en la política. Se completará la reforma de la Cámara de los Lores, se celebrará un referéndum para introducir proporcionalidad en el sistema electoral y los ciudadanos adquirirán por ley el derecho a revocar a sus diputados cuando se revele corrupción.