Pellegrini conversa con sus jugadores durante el entrenamiento de ayer en Valdebebas. / EFE
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En busca de la excelencia

El Santiago Bernabéu recibe a Heinze y Morientes, en medio de un fuerte dispositivo 'anti ultras', con la intención de agradar con buen juego

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Con polémica ha empezado la semana Manuel Pellegrini. El debate mediático generado por el ya famoso cambio, y posterior enfado, de Cristiano Ronaldo, no deja en buen lugar al chileno. Desde principios de pretemporada se vaticinaba que los egos galácticos serían una prueba de fuego para el entrenador madridista. Pronto se ha visto que las individualidades suman pero también restan.

El entrenador suramericano no quiere confianzas, ni tampoco problemas. En el encuentro de hoy ante el Olympique de Marsella (20.45) el técnico merengue hará una apuesta arriesgada: dejará al intocable Raúl fuera del once inicial para mostrar que no hay favoritismos. Lo destacado es que el encuentro es en el Santiago Bernabéu, donde siempre ha jugado el 7 blanco.

El jefe del banquillo asumirá otro riesgo en el centro del campo. Pondrá a Gago, junto a Xabi Alonso, con descanso para Lass, lesionado en un hombro. Salvo sorpresa de última hora con Guti, el argentino tendrá una segunda oportunidad para purgar sus pecados deportivos. La grada volverá a dictar sentencia. Muchos piensan que tantos cambios se deben a las rotaciones. Pero más que probaturas o inventos, las alineaciones del ingeniero chileno son para integrar. No quiere que nadie se sienta excluido. Sabe que para lograr el objetivo que le ha exigido el club, el triplete, debe tener a todos frescos a final de temporada, cuando se juegan los títulos.

Principal razón para darle cabida a Higuaín. La clase media en el vestuario ha quedado reducida y parecía marginada. El delantero francoargentino, recientemente convocado por Maradona para la albiceleste, apenas contaba. Sin embargo, tendrá carta blanca para demostrar sus cualidades. Sin vitola de galáctico sabe cómo ganarse el respeto. Lo hará con humildad, para no poner en más dificultades a un Pellegrini criticado por el mal juego pese a que su equipo sólo conoce la victoria. Se sabe que el Real Madrid tiene una pegada inusitada, eso nadie lo duda. Pero no llega todavía a la excelencia. Ante los franceses podrían volver pitos por primar lo resultadista al juego bonito.

Kaká y su séquito se juegan seguir líderes. Cuando se habla de anteponer lo colectivo, resulta contraproducente destacar a algún jugador por encima del resto. Pero el brasileño ha demostrado que es la piedra angular del proyecto. Enfrente, dos viejos conocidos, Morientes y Heinze. Ambos, con ganas de revancha. El primero ya sabe lo que es marca a su ex equipo en esta competición. Lo hizo con el Mónaco hace algunos años.

Miedo a la hinchada gala

En realidad, la principal preocupación en la capital de España es la hinchada marsellesa. En la retina están los altercados de la pasada temporada en el Vicente Calderón, con el ultra Santos Mirasierra a la cabeza. El cabecilla francés no estará, aunque sí habrá 1.700 seguidores rivales. Por ello, las medidas se han aumentado. A pocos días de conocerse si Madrid será sede olímpica, desde la Administración no se quiere dar mala imagen. Vigilancia constante para una hinchada que, dicen desde el país vecino, viene con el hacha de guerra enterrada y fumando la pipa de la paz. Habrá que ver qué sucede al final.