Tétricos y góticos
Actualizado:Zapatero es un visionario. Dentro de 20 o 30 años ustedes leerán (si es que todavía saben leer) en los libros de Historia (si es que todavía existen los libros y la Historia), que aquel presidente flacucho y desgarbado al que le pilló una crisis gorda, sentó cátedra en materia de Márketing y Vaselina. Con esa carita de niño eternamente cansado (al que ya debía de quedar holgón el traje de marinerito) ZP ha hecho algo sólo al alcance de los genios maquiavélicos: subir los impuestos (a todos) y que los medios dediquen más tiempo a hablar de sus peculiares criaturas (nunca mejor dicho) que a analizar la dimensión y consecuencias del clavazo.
El filón lo descubrió Kenedy (con los críos correteando por el despacho, en pleno crack de popularidad), y ha tenido innumerables seguidores. El mismo día que Aznar jodió las becas de miles de estudiantes (agosto, con premeditación y alevosía), las portadas de los principales periódicos del país abrieron sus portadas con la foto de Ana Botella en pareo, una imagen que habría de atormentar las noches de millones de adolescentes más allá (incluso) que la pérdida de las dichosas becas. Después, cuando la cosa iba regular con el No a la Guerra, se nos casó la pequeña a lo grande (con vino del Simago, ensaladilla casera y tarta Contesa), así que las personas más o menos equilibradas tuvimos que someternos (otra vez) a la tortura de aguantar las tétricas fotos de Aznar sin bigote y vestido de novia por doquier.
Por lo menos, las hijas del presidente tienen algo en común con el resto de los jóvenes de su generación: ellas también lo ven todo negro. Muy negro.