El SPD aparca la guillotina
BERLÍNActualizado:Tras sufrir la derrota electoral más dolorosa de toda su historia, el Partido Socialdemócrata alemán (SPD) comenzó ayer a diseñar los primeros e imprescindibles cambios destinados a intentar recuperar su tradicional posición de formación de masas, con la que obtuvo grandes éxitos en el pasado de la mano de figuras políticas como Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder.
Pero a pesar del desastre del domingo, el SPD evitó utilizar la guillotina para castigar a los culpables de la humillación que las urnas propinaron a Frank-Walter Steinmeier. Muy al contrario, los socialdemócratas intentaron ofrecer una imagen de tranquilidad y unidad. Con todo, una tormentosa reunión de la dirección del SPD precedió la intervención pública del todavía presidente del partido, Franz Müntefering. El líder de la formación que hasta el domingo ha gobernado Alemania en coalición con la CDU anunció que en las próximas dos semanas se decidirá el camino que debe iniciar el SPD para hacer frente al difícil futuro que tiene por delante.
El propio Müntefering sugirió que dejará su puesto en el próximo congreso, que se llevará a cabo en noviembre en la ciudad de Dresde. No fue todo. También reveló que el partido está dispuesto a cerrar filas en torno al derrotado Steinmeier, quien será designado como jefe del grupo parlamentario, tal como él mismo anunció tras el revés dictado por las urnas.
«Ayudaré en los próximos días y semanas a nuestra reorganización y con mi experiencia contribuiré a que se haga de forma ordenada», declaró Müntefering al revelar casi en clave la que se augura puede ser su última gestión como cabeza de los socialdemócratas: renunciar para dejarle el camino libre al propio Steinmeier.
La delicada operación pretende impedir que el partido sufra un violento golpe de timón hacia posiciones de izquierda más radicales. Pero todavía nadie es capaz de predecir lo que le puede deparar al ex ministro de Exteriores en funciones, a quien muchos militantes del partido responsabilizan de la sangría de votos. Fue sintomático que en la tradicional rueda de prensa que ofrecen los partidos después de una cita con las urnas Steinmeier no estuviera presente y renunciara a explicarse ante los medios.