san fernando

Último cañonazo hasta 2010

El programa de actos conmemorativos termina con la jura de la Constitución de 1812

Cádiz Actualizado: Guardar
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La Guardia Salinera y la Asociación Napoleónica Española dieron fin ayer con sus hazañas en el Campo de la Constitución a la programación de actos conmemorativos del 199º aniversario de Las Cortes de 1810. El tiempo acompañó esta vez, y el parque de El Barrero se llenó de familias isleñas que acudieron a disfrutar de la última recreación de la historia constitucional de España hasta el próximo año, cuando la efeméride celebre su Bicentenario por todo lo alto. Esta edición ha tenido que conformarse con ser la antesala de 2010, y sólo la lluvia ha podido chafar alguno de los actos previstos como el concierto de Lolita en la calle Real o la exhibición de fuegos artificiales. Si bien el público se prestó al disfrute y mientras pudieron, salieron a la calle a deleitarse con la fiesta.

Las recreaciones han sido el plato fuerte para el público que durante este fin de semana ha podido disfrutar, sin importar la temperatura ni la lluvia, de las escenas protagonizadas por la Guardia Salinera y el centenar de figurantes procedentes de Bailén y de La Albuera.

Mostraron como antaño su fuerza y devoción a su país y salieron adelante el sábado con el desfile desde la plaza Sánchez de la Campa hasta El Almendral. El domingo triunfaron jurando la Constitución de 1812. No faltaron las batallas y combates, tampoco la pólvora de los cañones y las tropas de artillería. Guerrilleros, liberales, burgueses y militares se unieron para revivir las grandes hazañas de la época en la villa de la Real Isla de León. Niños y padres lo pasaron bien, unos haciendo preguntas y otros respondiendo. «Papá, ¿por qué están vestidos así?», «¿Contra quién luchan?». Y tras el triunfo, los trajes ya secos de la mojada del día anterior, volvieron a colgarse en el armario hasta el año redondo.

Unas tapas sin ritmo

La V Feria Gastronómica de la Bahía, que estrenaba este año ubicación en el parque Almirante Laulhé, también tuvo ayer su última jornada. El agrado con el que los isleños recibieron esta novedad no coincidió con la organización de los diferentes puestos y la calidad de las tapas. Nadie se libró de las colas para para ser atendidos por el escaso personal de la mayoría de las casetas. Las previsiones de comida tampoco cubrieron las expectativas de los clientes que al llegarle el turno escuchaban un «Sólo nos quedan dos tapas». Un ritmo bajo, aunque no faltaron los isleños, a los que cada día desalojó la Policía Local porque no querían irse al horario de cierre.