El deseo de vivir al natural
Una pareja vecina de Jerez busca una finca en la que fundar una ecoaldea para vivir en comunidad y dejar en la ciudad las prisas y el estrés
Actualizado:Cuando las prisas, el humo de los coches y el estrés empiezan a asemejar a Jerez a una gran ciudad, hay personas que se paran a pensar en que pueden elegir otras alternativas de vida sin dejarse llevar por la mayoría. De este deseo nace la idea de un madrileño afincado en Jerez, Carlos Camacho, de fundar una ecoaldea en la que disfrutar de la vida y de la naturaleza de otra manera. Junto a su pareja, Carlos está intentando encontrar y organizar a un grupo de personas con las mismas inquietudes y hacerlo realidad en los alrededores de la ciudad. «Vivimos en Jerez y tenemos a la familia y a los amigos aquí. Nos gusta mucho la zona porque está cerca del mar y porque tenemos el trabajo en la ciudad», asegura.
No es el primer intento de Carlos de poner en práctica esta idea aunque el anterior no dio los frutos adecuados. «Hace casi dos años estuvimos buscando una finca con otros siete amigos para comprarla y compartirla pero el proyecto se zanjó. Hace unos meses retomé la idea y cuando más me informo, más ganas tengo de vivir de esa manera». Lo ideal sería encontrar una finca «que tenga acceso agua, con un pozo o que sea de regadío, para el huerto, los animales y las personas que vivamos allí. Calculamos que en una hectárea podríamos vivir bien cuatro familias», explica Carlos. Pero encontrar un terreno con estas características es más complicado de lo que parece. El obstáculo principal es el económico. «Las tierras son muy caras por aquí», asegura.
A los anuncios que Carlos está moviendo por internet, a través de foros y blogs especializados, ya han respondido una 25 personas pero «son de toda España y es difícil organizarse», cuenta.
En cooperativa
La organización de una ecoaldea se basa en la creación de una cooperativa que funcionaría con un sistema democrático. «Nos reuniríamos en asambleas y todas las decisiones comunes se votarían. Nadie sería el dueño de la tierra», cuenta Carlos. Lo primero que tendrían que hacer los habitantes de esta futura ecoaldea es distribuir el trabajo: «Habría turnos y horarios para tareas como alimentar a las gallinas, cuidar el huerto, regar...», detalla. En esta cuidada organización habría que tener en cuenta que «algunos tendrían su trabajo en Jerez mientras que otros podrían dedicarse plenamente a la ecoaldea».
El sustento, además de la producción de los huertos y los animales, podría llegar de la mano de actividades lúdicas. «En la ecoaldea de Bolonia –llamada La semilla– organizan talleres, comidas o rutas de senderismo para las que hay que pagar. Lo ideal es poder combinar la vida de la ecoaldea con el trabajo», indica.
Sin individualidades
La principal ventaja de formar parte de una ecoaldea es que no es una vida individual sino colectiva. «Son gente que tiene los mismos sueños y los comparte», asegura. «Llegaremos a casa y no estaremos solos, las relaciones son mejores viviendo en comunidad», añade. Este modo de vida también tiene otras ventajas más materiales: «Tendríamos una lavadora para todos y no una para cada familia, como ocurre en todas nuestras casas. Además de respetar el medio ambiente, también supone un ahorro».
La alimentación de los habitantes de una ecoaldea es otra de las diferencias fundamentales con los vecinos de las ciudades. «Lo fundamental es que te alimentas de lo que cultivas, de lo que produce la tierra. Sabes que no estás comiendo nada malo». En la medida de lo posible, las ecoaldeas intentan ser autosuficientes y ecológicas. Estos principios los aplican igualmente a la construcción de las viviendas: «Se intentará basar la edificación en la bioconstrucción, usando materiales naturales como la piedra o el barro. Por supuesto, también emplearemos energías renovables», recalca Carlos.
«Siempre he querido vivir en el campo y con más gente, no solo con mi pareja en un piso. A ninguno de los dos nos gustaría llegar a viejos y encontrarnos tan solos como les pasa a la mayoría de los ancianos hoy en día», sentencia. Claro que también tiene sus inconvenientes: «Es más duro vivir sin comodidades».
Los interesados en este proyecto pueden contactar con Carlos Camacho a través del blog que ha creado para organizar la ecoaldea, sólo tienen que acceder a www.proyectoecoaldea.blogspot.com.