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Mario Bermejo en el momento en el que trata de entregar la pelota a sus compañeros en el partido de ayer. / JOMA
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Y llegó el primer estreno

El Xerez logra un trabajado empate ante el Espanyol, aunque sigue sin marcar ningún gol ni sabe lo que es sumar de tres en tres

BORJA FERNÁNDEZ
ENVIADO ESPECIAL. BARCELONAActualizado:

La Cenicienta comienza a despertar. El Xerez logró ayer un trabajado empate ante un Espanyol con mucho oficio, aunque también nervioso. Y es que el primer punto del Deportivo en Primera, algo histórico, llegó tras un duelo en el que el dominio fue local, aunque las imprecisiones llegaron por ambos lados. Llegaba Cuco a la primera de sus finales anticipadas. El navarro renovó el centro del campo sacando de inicio a Keita, Bergantiños y Armenteros y mandando al banco a Moreno y Víctor, mientras Abel 'disfrutaba' del partido en casa. Una medida para paliar la caída en picado de un equipo que ayer cambió de esquema de juego, pasándose al 4-2-3-1 que tan buenos frutos diera el año pasado.

Pero el balón lo tenía el Espanyol y poco tardó el cuadro catalán en dar el primer susto. Seis minutos, y Callejón vio como Renan hacía una estirada imposible para robarle el gol. Ni el trivote sacaba de apuros al conjunto azulino. Bien es cierto que el nuevo planteamiento de Ziganda daba mayor libertad de movimientos a las bandas azulinas, pero el desacierto motivó que el esférico durara más bien poco en botas de los azulinos. Es por ello que la primera ocasión del Xerez no llegara hasta el minuto 20. Un cabezazo de Aythami, tras una falta lanzada por Armenteros, fue el único recurso ofensivo del Xerez.

El balón parado

Una jugada a balón parado que se vio poco después en el área xerecista. La bestia negra del pasado miércoles por poco no vuelve a pasar factura. En esta ocasión fue Pareja el que a punto está de poner por delante a los periquitos al rematar un saque de esquina que acaba besando las mallas, pero por fuera. La estrategia periquita volvía a asomar una y otra vez. Sabía Pochettino dónde estaba el punto débil.

Pero las sensaciones, afortunadamente, eran diferentes a las últimas dejadas por los azulinos. Bien es cierto que el equipo deja poco peligro en ataque y que la fluidez muere en la línea de tres cuartos, pero, como bien dice el Cuco, es lo que tiene el Deportivo. Un equipo que quiere intimidar, pero que no mata. A poco de la reanudación Maldonado se encontró el balón y una portería sin Kameni, pero Roncaglia le robó la cartera. Una manera muy peculiar de intimidar.

Pero el Espanyol se impacientaba ante una grada que llegó con ganas de ver salir goleado al colista, a la Cenicienta. Los jugadores locales comenzaron con las imprecisiones y Ziganda dio entrada a los pesos pesados. Con Viqueira en el campo existía mayor fluidez y Bermejo disfrutó de una gran ocasión para marcar. Carlos Calvo estiraba la banda y su centro fue cabeceado por Bermejo al larguero. Sin suerte, sin gol. Y eso que el equipo lo buscaba. Al igual que al Espanyol, incapaz de golear al, hasta ayer, máximo goleado de Primera.

Los blanquiazules lo intentaban desde lejos, intentando evitar la telaraña azulina. Pero la parroquia perica empujaba y Callejón casi sorprende a un Renan muy seguro durante toda la tarde. Último suspira para una afición que ayer vivió el primer estreno del Xerez en Primera. Habrá que esperar para el resto.