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Cartas

Democracia afgana

Enrique Álvarez Martínez.
El PuertoActualizado:

Uno de los argumentos con los que se pretende justificar la invasión y guerra en Afganistán es la implantación en ese país de una democracia similar a las occidentales. Por lo que estamos viendo, los países y tropas ocupantes están apoyando a un candidato corrupto, antiguo señor de la guerra, que sólo puede gobernar actualmente en una reducida porción del país. Además, en las elecciones celebradas recientemente se han puesto de manifiesto (y consentido) vicios, fraudes y corruptelas, que no son el mejor ejemplo a seguir en un proceso de democratización. Y el gobierno que de ellas resulte solamente podrá sostenerse mientras los ejércitos de ocupación permanezcan en aquel país, ya que el pueblo afgano nunca lo considerará como propio, sino impuesto por el invasor. Por ello cabe preguntarse hasta qué punto se puede insistir en imponer en Afganistán un sistema democrático, ajeno a su historia, cultura y tradición, que su población no comprende, valora ni desea, y además desprecia.