La selección, en el ojo del huracán

Para definir la situación de la selección española en estos Campeonatos del Mundo podría decirse que es un equipo que está en el ojo del huracán, por muchas razones. La primera, por el comportamiento que puedan tener sus tres corredores más representativos en esta cita, Óscar Freire, Alejandro Valverde y Samuel Sánchez. De su entendimiento durante la carrera puede depender en buena medida el resultado final. O se ponen de acuerdo, o las medallas se les irán, siempre y cuando no la pierdan en la carretera.

Tampoco se puede menospreciar a sus adversarios. La segunda, por la presión internacional que se cierne sobre Valverde, al que no quieren ver en el primer puesto del podio por esa sanción que el CONI le impuso y que le impide correr en su territorio (Italia), lo que ha generado polémica y envidias. La tercera se refiere al ciclismo español, que tampoco tiene muy buen cartel dentro de la UCI, en parte con razón, lo que nos deja apartados de todos los centros de poder. Hay muchas razones para pensar que estamos ante un Campeonato del Mundo en el que confluyen muchas situaciones que nos pueden conducir a un desenlace sorpresa.

La selección española quiere evitar el tener que trabajar durante los primeros kilómetros para disponer del mayor número posible de hombres en los momentos claves. Lo de las jerarquías que hemos citado al principio es una cuestión de disciplina. A De Santos todo el mundo le dirá que acatarán sus órdenes, pero a la hora de la verdad las decisiones hay que tomarlas sobre el asfalto y en caliente nadie olvida que está en juego un Mundial.