«Los arreglos cuestan hoy más que algunos zapatos»
Pocas son las personas que aún se dedican al remiendo de zapatos y a la confección de los botos serranos
ARCOSActualizado:El tan conocido y usado término de la globalización ha transformado el panorama de la indutria del calzado en España, que se concentra sobre todo en Levante. No obstante, este mismo fenómeno también ha cambiado costumbres y tradiciones de las que se encontraban arraigadas en los pueblos, e incluso está terminando con oficios tradicionales como el de zapatero.
Algunos calzados, que generalmente vienen de Asia, se ponen en el mercado español con un precio tan bajo que «en ocasiones sale más caro hacerle un remiendo al zapato que comprar otros nuevos», asegura uno de los últimos zapateros remendones que podemos encontrar en la Sierra, José Rodríguez El Cabero. Además, a eso hay que añadir que el consumismo se ha instalado en nuestras casas y ya no se compra un par de zapatos, como antes, y «esos tenían que ser prácticamente para toda la vida», recuerda el artesano. Además, «hoy no pensamos en reutilizar y aprovechar las cosas, sino que las desechamos y compramos otras», lamentó.
José aprendió el oficio cuando apenas contaba con 17 años y no ha parado ni un solo día, hasta llegar a los 74 años que actualmente tiene. Ya jubilado, sigue manteniendo su actividad. «Esto me gusta y es prácticamente mi vida», asegura. Su gran pena es que aunque alguno de sus hijos aprendió la profesión «nunca ninguno se podrá dedicar a ello porque esto no podría dar para vivir a nadie».
Se hizo zapatero porque había tenido un accidente desde pequeño que le dejó sin poder utilizar su pierna izquierda. «Entonces decidí buscarme algo que no me obligara a hacer grandes esfuerzos porque no podía hacerlos», recuerda. Eso no fue impedimento para que dedicara todos sus esfuerzos a trabajar y salir adelante y de hecho pasó por muchos pueblos de la provincia e incluso a algunos de ellos llegaba con una bicicleta que movía con una sola pierna.