Jerez

Unos jóvenes destrozan locales comerciales y agreden a los vecinos que les recriminan

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noelia bernaldo jerez

Ruido, coches discoteca, cristales y paredes rotas, malos olores, suciedad, insultos y agresiones. Éste es el panorama que llevan soportando desde hace ya dos años los vecinos de Chapín situados cerca de la zona de movida de esta parte de Jerez. Y es que las noches de fines de semana e, incluso, de algunos días laborables se han convertido en un infierno para estas más de 30 familias que confiesan que ya no pueden con este «punto negro» de la ciudad.

Así lo expone el presidente de la Asociación de Vecinos del lugar, Ángel Magro, y algunos de los representantes vecinales de la calle Belgrado. «Llevamos con este problema cerca de dos años, cuando ya Chapín era zona de botellón».

No obstante, la noche del pasado martes la situación se agravó. Varios grupos de jóvenes destrozaron muros, cristales y quemaron cajas y demás escombros. Además, según explica Magro «por la noche se suelen juntar unos 100 ó 120 vehículos y ya el pasado martes esto fue increíble. Todo lleno de coches por las aceras, unas 400 personas metidas aquí y llegó un momento en que varios grupos de jóvenes exaltados y con una violencia bestial empezaron a tirar piedras contra los cristales de los comercios, tiraron paredes y muros de ladrillos y destrozaron los techos».

Como consecuencia, los vecinos alarmados por el ruido salieron y fueron insultados por los jóvenes, «una situación caótica, pues el problema de esto es que la Policía viene y enseguida huyen. Éste es un lugar donde ellos se sienten protegidos», añade el presidente de la Asociación de Vecinos.

Estado de abandono

El aspecto de estos locales es cada vez peor. Totalmente destrozados parece que han pasado a ser propiedad de estos grupos vandálicos. Pero la noche del pasado martes los vecinos se tuvieron que quedar encerrados en sus casas sin poder salir por miedo. No obstante, hubo alguno que intentó ser valiente y fue insultado y recibido a pedradas. «Es una auténtica barbaridad», comenta Magro.

La existencia de locales musicales atrae a multitud de personas cada noche. «Eso es medio normal, pero a determinadas horas ya se ponen a molestar a los vecinos llamando a puertas y a hacer botellón en las aceras, por lo que estamos totalmente atemorizados», indica uno de los vecinos afectados.

Y es que este espacio privado está formado por dos comunidades. Una situada en la avenida Lola Flores y en la que todos los locales están alquilados; y en la otra zona interior, excepto uno o dos locales, los demás están abandonados y nadie se atreve a alquilar. En este sentido, los empresarios de la primera zona apoyan a estos vecinos, pero los propietarios de los locales destrozados parece que «los han dado por perdidos», indican.

A pesar de todo, la presencia policial es un hecho pero insuficiente. «Nos consta que la Policía los sanciona, pero es imposible controlarlo y los vecinos ya casi se adaptan a vivir encerrados. Pero lo del martes ya fue brutal, temieron por su integridad física, sobre todo los residentes de la calle Belgrado», asegura Ángel Magro.

Medidas insuficientes

Según datos aportados por los afectados, hace aproximadamente año y medio, a través de la delegada del Distrito Granja-Delicias, Irene Canca, se puso un dispositivo policial que intentó prevenir esta situación, «porque aquí el problema es que si se juntan 400 jóvenes la Policía no entra. Así se consiguió en su momento erradicar el problema gracias a un sistema de prevención con coches patrulla, pero esta solución duró sólo un tiempo, luego volvió el problema y así estamos», añade Magro.

Tras estos últimos acontecimientos, los vecinos han denunciado los hechos ante la Policía y han solicitado un reunión con la Delegación de Distrito Este. Igualmente se tomaron medidas para la noche del pasado miércoles. «Hemos hablado con Irene Canca y ella quiere cooperar porque sabe la gravedad de los hechos y se va a intentar que a través de los vecinos y los propietarios encontremos una solución, porque es denigrante el estado de la zona, un lugar tan bello como es éste», explica el presidente de la Asociación.

El ruido añadido

Otro inconveniente es el ruido, por lo que la nueva posibilidad de abrir otro local musical ha llevado a estas personas a actuar inmediatamente. «Hemos pedido a la alcaldesa que se arregle esto y ya hemos tomado carta en el asunto porque nos protege el Decreto 326/2003 de la Junta de Andalucía, por el cual la ciudad de Jerez ya debería tener un mapa de ruidos totalmente preparado y donde no se permite la apertura de nuevos locales», explican.

De esta forma, estas personas se muestran firmes. «No aguantamos más, esto no puede seguir así, por eso ya hemos elaborado y entregado las denuncias oportunas ante Urbanismo», añade otro de los vecinos afectados.

Asimismo, los residentes temen que esto vaya a peor y se den situaciones más graves. «Desde la Asociación de Vecinos ya no podemos hacer nada, tiene que ser una solución entre todos. Decenas de chicos bebidos haciendo frente a los vecinos es horroroso. La gente tiene miedo a aparcar los coches porque se lo destrozan». Y tal es la preocupación de estos residentes que algunos incluso están pensando en vender sus viviendas, y de hecho, cada vez es más frecuente encontrarse con carteles de Se vende en esta zona.