«Hemos hallado el flanco débil de un enemigo diabólico»
Para el experto en infecciones por VIH, «ya tenemos una vacuna contra el sida. Se llama preservativo»
Actualizado: Guardar«Hemos dado un paso gigantesco contra el sida. La vacuna ha logrado abrir, por vez primera, una puerta para atacar al virus. Como avance científico se trata de un hecho impresionante. Otra cosa es que esta misma vacuna pueda usarse para realizar una política preventiva masiva contra la enfermedad». El doctor Daniel Zulaika, presidente de la Sociedad Española de Sida, rezumaba ayer un contenido optimismo al valorar el alcance de la investigación desarrollada por científicos estadounidenses y tailandeses con una vacuna contra el sida experimentada en 16.402 personas y que ha logrado detener la expansión del virus en un 32,1% de los casos.
En mitad de ese optimismo informado, a Zulaika le vienen ahora a la cabeza las palabras que en 1983, cuando se descubrió el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), pronunció la entonces ministra de Sanidad de EE UU. «En dos años -dijo-tendremos vacuna». Está claro que la mujer no pasó a la historia por sus dotes adivinatorias. «Han sido 26 años de una constante carrera de obstáculos para lograr atacar a un enemigo diabólico, muy mutante y cambiante. El virus del sida nos muestra ahora por vez primera un flanco débil desde el que es vulnerable. Se trata de un gran día», subraya Zulaika.
Para entender el alcance real del hallazgo, Zulaika recuerda que el hombre apenas dispone de vacunas para una quincena de las más de 500 enfermedades infecciosas que nos acechan. Y para poner las cosas definitivamente en su sitio, explica también que, el pasado año, durante la conferencia mundial sobrem el sida celebrada en México, la doctora Françoise Barre-Sinoussi, Premio Nobel de Medicina como codescubridora del VIH y la mujer que más sabe sobre el virus en el mundo, esbozó un panorama mucho más realista. «Es posible que a lo largo de este siglo obtengamos una vacuna. O quizá no», dijo la científica francesa.
-Después de haber escuchado a Barre-Sinoussi, ¿qué le parece el anuncio hecho por el coronel Jerome Kim?
-Impresionante. Es la primera vez en la historia que obtenemos una vacuna que protege al 30% de la población. Se dirá que no es mucho, que la vacuna de la gripe, del tétanos o de la polio, protege al 70% u 80% de la población. Cierto. Pero este avance científico es impresionante. Se trata de un paso gigantesco. Por primera vez, en un organismo humano se producen anticuerpos que neutralizan el virus e impiden que lo colonice.
-¿Por qué en Tailandia y por qué por científicos militares de EE UU?
-Una investigación como esta requiere cantidades ingentes de dinero y laboratorios muy buenos. Estados Unidos tiene las dos cosas. Además, el Ejército americano, como los CDC de Atlanta, llevan casi 70 años recopilando sangre de pacientes de todo el mundo. Tienen un archivo gigantesco donde se guarda, por ejemplo, sangre antigua de tribus africanas. Así se pudo documentar la primera presencia en el hombre del VIH. Y en Tailandia se dan las condiciones para el estudio. No dudo de que se paga a los voluntarios... Y hay que decir que las pruebas han de hacerse en personas susceptibles de contagiarse por VIH, que no usan preservativos en sus relaciones sexuales. Hay que correr un riesgo para probar. De otro modo no tendría sentido.
Dinero para vacunas
-¿Hay otros proyectos?
-Sí. Fundaciones como la de Bill Clinton y Bill Gates, y los Institutos Nacionales de Salud de EE UU, se alían con la industria farmacéutica y destinan millones de euros para conseguir esa vacuna. La capacidad de mutación del virus VIH es tan grande que sólo ese tipo de uniones tan potentes pueden dar resultados. ¿Existe voluntad política? ¿Interesa a las compañías farmacéuticas fabricar una vacuna para tratar a 25 millones de clientes potenciales que consumen retrovirales? Creo que sí.
-¿Cuándo habrá una vacuna contra el sida?
-Creo que ya tenemos una vacuna desde que se detectó el virus: se llama preservativo, no compartir jeringuillas y controlar la sangre para evitar ser contaminada.