«Estoy bien, no se preocupe... tranquilos»
El joven chipionero detenido durante unos disturbios comparte celda con su novia y los familiares de ella
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa familia de Antonio Porta sigue pegada al teléfono sin despegar los ojos de la televisión. Nunca imaginaron que sufrirían las consecuencias políticas de un país tan lejano como Honduras. El joven chipionero fue detenido el pasado martes en la capital de Tegucigalpa cuando se dirigía con su novia y varios familiares de ella a cenar. Antonio conoció hace cuatro meses en un chat de Internet a María Antolina García y decidió el pasado día 17 viajar a su país para conocerla en persona y sellar el compromiso. Antonio se topó de lleno con los disturbios y la agitación que sacude al país tras el golpe de Estado que ha derrocado a Manuel Zelaya. El Gobierno de Roberto Micheletti ha impuesto el toque de queda.
Antonio se alojó en un hotel que está justo enfrente de la embajada de Brasil. El destino le jugó una mala pasada. El lunes, Zelaya se colaba en la embajada y su presencia levantó entonces una revolución entre seguidores y detractores. La Policía tomó la zona y actuó con contundencia. La mala suerte hizo que Antonio, su novia y la familia estuvieran en la calle y fueran detenidos en ese instante acusados de secesión, daños y quebranto del toque de queda. Fueron conducidos a la comisaría y tdespués a la prisión de la capital tras una vista oral.
Pendientes de la radio
Inmaculada Porta reconocía ayer a LA VOZ que su hernamo estaba en «el lugar y en el momento equivocado». La revuelta de Honduras les pilla demasiado lejos a los Porta Álvarez, pero a golpe de telediarios y boletines de radio han aprendido en tres días la difícil situación por la que atraviesan algunos países de Latinoamérica.
La cónsul española ha contactado con la familia y ha sido, por ahora, la única persona que ha visto a Antonio Porta en la cárcel. La representante diplomática acudió ayer al hotel donde se hospedaba Antonio a recoger sus pertenencias para llevarlas a prisión. Esta mujer ha expresado a la familia las primeras palabras que le transmitió Antonio durante la visita. Le dijo: «estoy bien, no se preocupe.... que estén tranquilos». La embajada española asegura que el trato en la prisión es correcto y está alimentado.
Este periódico pudo confirmar ayer a través de la familia que el joven ha recibido ropa y productos de aseo personal. La embajada española trata ahora de que quede en libertad hasta la celebración del juicio, que tendrá lugar el próximo lunes 28.
Antonio tiene 41 años y una lesión cerebral lo ha apartado del trabajo. El joven se enamoró de María Antolina en la red. Fue un flechazo a primera vista que se ha ido cimentando tras horas en un chat. El 17 de septiembre tuvo la oportunidad de abrazar a su novia. La familia le advirtió varias veces que no emprendiera el viaje. Parece que fue una premonición.
A última hora de la noche de ayer en España, mediodía en Tegucigalpa, la familia recibía una buena noticia: Antonio Porta tenía un abogado que lo defenderá el lunes de los delitos que se le imputan. En esa misma conversación se confirmó desde Honduras que había sido trasladado de celda. Hasta ayer estaba solo y la dirección del centro penitenciario, tras el contacto con la embajada, optó por reunir en un mismo módulo carcelario a los ocho detenidos. Se trata de Antonio, su novia, tres primos de ella y tres hermanos.
La madre de Antonio, Josefa Álvarez, lleva casi una semana sin dormir, el mismo tiempo que lleva su hijo fuera de casa. Los nervios empiezan a hacer mella en el ánimo de la mujer.
Últimas horas en un chat
Josefa habló con su hijo, el quinto de siete hermanos, el día antes de su detención, pero las últimas palabras las recogio su prima Miki minutos antes de que saliera a la calle para ir a cenar y fuera detenido por la Policía. La conversación con su prima la entabló através de un chat desde el mismo hotel donde se alojaba. En el chateo le comentó lo ilusionado que estaba y las ganas que tenía de casarse, «se llevó los anillos de compromiso».
La familia sigue con el alma en vilo porque la pesadilla no ha terminado, ya que el próximo lunes puede ser declarado culpable de los delitos que se le imputan. Los familiares ya han hecho algunas indagaciones y la pena que pueden pedirle es de tres a cinco años de cárcel. La intención de los hermanos de Antonio es viajar a Tegucigalpa para estar presentes en el juicio, pero desde la embajada se ha desaconsejado esta iniciativa ante las turbulencias que vive el país.
Encarnación Porta, otra de las hermanas de Antonio, asegura que parace estar viviendo una pesadilla y destaca que su hermano «no entiende de política y no sabe, siquiera, quién es Zelaya». Un mal sueño.