
Sin piezas en los desguaces
La venta de recambios crece un 35% debido a la demanda de precios más competitivos que en los concesioanrios Por contra, comienzan a faltar existencias porque los conductores alargan la vida útil de sus vehículos
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa necesidad agudiza el ingenio y en tiempo de crisis económica, las formas de ahorrar. Cada vez son más los conductores que deambulan por los desguaces en busca y captura de piezas de segunda mano. La razón es de peso, sobre todo en las carteras, ya que en estos establecimientos el precio de los recambios son de un 35 al 50% de media más baratos que los que se pueden encontrar en los talleres oficiales. Si se realiza una comparativa de precios, las ventajas se ven más claras: un alternador en taller oficial puede costar en torno a los 600 euros, en un taller de segunda mano alcanza los 300 euros y en un desguace los 60 euros.
Estas ventajas han propiciado un aumento en la media de clientes que acuden a estos establecimientos, en concreto un 35% más que antes de que se produjera la desaceleración económica actual.
Sin embargo, la crisis también ha traído una consecuencia negativa al sector: la reducción en la entrada de vehículos para su desmantelamiento. Lo que en algunos casos está causando serios contratiempos a los comercios ante la falta de piezas. Es simple, hay más clientes pero también más problemas a la hora de conseguir recambios. Atendiendo al tipo de desguace las cifras varían, pero no dejan de ser significativas. Por ejemplo, en el centro de recuperación Chichos de Chiclana consiguieron cerrar el año 2007 con la entrada de 1.147 vehículos. En 2008 la cantidad disminuyó hasta los 659 y en lo que va de año tan sólo han conseguido dar de baja a 211 coches.
Traducido en números se puede determinar que uno de cada cinco conductores que acuden a un desguace salen con las manos vacías. Y es que no es tarea sencilla encontrar un recambio del mismo modelo o compatible con el vehículo. Sobre todo porque los clientes suelen solicitar las mismas piezas. En esta lista destacan tanto los alternadores, como las manetas y las maquinillas. A esto hay que sumar el incremento de personas que van detrás de neumáticos usados y que presenten unas condiciones aceptables para ir en carretera. Una serie de piezas que comienza a ser complicado encontrar entre las estanterías de los desguaces.
Aunque hay otros tipos de recambios que sólo se pueden encontrar ahí, es el caso de los automóviles de más de diez años. Estos establecimientos han notado un incremento de personas con coches de estas características cuyas piezas ya no se fabrican. Pero, las dificultades para adquirir uno nuevo hace que intenten seguir con el viejo, lo que influye también a la hora de recibir vehículos para darles de baja. Incluso en algunos casos se ha incrementado el precio de los coches para dejarlos en el desguace por las dificultades con respecto a años anteriores.
Especializados
Este tipo de instalaciones se han ido convirtiendo en los últimos años en centros de despiece selectivo de los vehículos que ya no pueden circular por las carreteras. De esta manera, a la hora de desmontarlos también se descontamina cada elemento, como por ejemplo el líquido de frenos, y se seleccionan aquellos componentes que pueden ser reutilizados conformando un almacén en estanterías que se dividen por marcas, modelos y piezas, que tal y como recalcan desde el sector, pasan por exhaustivos controles para garantizar que su reutilización no suponga ningún tipo de riesgo. Sobre todo ahora que son más solicitadas debido al frenazo en la venta de automóviles provocado por la crisis económica.
Al rescate
Los conductores se lo piensan mucho a la hora de adquirir un nuevo coche y para dinamizar el mercado el Gobierno decidió acudir al rescate con el Plan 2000 E. Una iniciativa que ha dado sus frutos tal y como señalan desde este tipo de instalaciones. En el caso del desguace El Rocío de Jerez, en el mes de mayo entraron 109 coches y en agosto, 167. Esto supone casi 60 automóviles más. Un repunte que ayuda pero que no es suficiente para garantizar las piezas a todos los clientes. El gerente del establecimiento Jorge Padilla señala: «se ha notado un mayor volumen de ventas pero también una bajada considerable en la recepción de vehículos. Tenemos una de cal y una de arena. Aunque se puede decir que somos un sector que no ha notado las consecuencias de la crisis o al menos no tanto como en otros negocios».
Es una conclusión que también comparte Javier Marín, gerente del desguace El Caimán de Chiclana: «Ni la crisis está produciendo un cierre de establecimientos ni tampoco una mina de oro pues al no entrar vehículos tampoco podemos satisfacer la demanda actual de piezas. Además, siempre suelen pedir las mismas por lo que todavía es más complicado conseguirlas. No podemos decir que exista un desabastecimiento pero sí muchos problemas a la hora de conseguirlas. Ahora parece que con el plan del Gobierno se ha conseguido que entren más vehículos, tendremos que esperar para ver si se recupera el ritmo de otros años».
Iván Romero es gerente de recuperaciones el Chicho y también ha notado el incremento de personas que buscan piezas aunque en este caso: «el establecimiento sólo hace recuperaciones de coches. Se ha notado una bajada notable en la entrada de vehículos y se espera que en los últimos meses del año se pueda recuperar».
Menos ingresos
Lo que sí ha notado el sector ha sido la caída del precio de los metales ya que generan menos beneficios que otros años. El propio Marín apunta: «Actualmente el valor se sitúa a la mitad con respecto a otros años. Según el desguace al que acudas, tratará un tipo de metal u otro. En este caso se intenta aprovechar el chapajo, el hierro corto y el aluminio». José García, del desguace García Vela, también señala esta circunstancia: «El precio de la chatarra ha descendido y por tanto los beneficios que obtenemos por la misma. Hasta el momento no se trata de un problema aunque habrá que esperar». Y es que, con respecto a los últimos años, el valor de la chatarra ha caído un 70% pasando de los 350 euros por tonelada a menos de 100 euros.
A ello hay que sumar el que cada vez resulte más costoso el tratamiento de los residuos y el reciclaje de las piezas para los talleres ya que cobra hasta el alquiler del depósito para la retirada del material, así como el precio por kilo de neumáticos que no sirven para circular por carretera. Hasta ahora los desguaces compensaban los gastos de descontaminación de los vehículos con lo obtenido de la venta de la chatarra. Pero, con la caída del precio, ya no pueden hacerlo.
A pesar de todo ello el sector se mantiene. La crisis ha beneficiado a los establecimientos ante la llegada de más clientes que buscan ahorrar dinero en el arreglo del vehículos, aunque también ha significado la entrada de menos coches y por tanto problemas a la hora del abastecimiento de piezas y de poder aprovechar esta subida de demanda.