La continua búsqueda del chollo

Fernando Gil recorre el polígono industrial de Pelagatos en Chiclana con el faro derecho de un Opel Astra entre sus manos. Está desanimado porque ha recorrido todos los desguaces de la provincia sin suerte y como él mismo asegura: «Sólo me queda irme más lejos, a Jerez, a ver si tengo más suerte. No me importa recorrer desguaces para ahorrarme dinero». Tiene un amigo mecánico que le hará el favor de arreglarle el coche si le trae las piezas. Lo peor es el faro que quedó inservible tras chocar con una columna en el garaje. «No miré bien y al entrar en mi plaza destroce la parte delantera. No está tan mal, lo peor es el faro y si lo cambio puedo seguir con el coche hasta que encuentre más dinero para arreglar la chapa», afirma este joven.

Al igual que Gil son cientos las personas que diariamente recorren los desguaces buscando aquellos recambios que les puedan valer. La razón es muy sencilla, el precio es mucho más asequible que si llevaran los automóviles a un taller. Son soluciones alternativas para esquivar los elevados presupuestos que se confeccionan en los concesionarios oficiales, adscritos a las marcas de automóviles. En tiempo de crisis prima el bolsillo más que la comodidad.

Un asiduo

Antonio Núñez es ya un cliente habitual de estas instalaciones. Tiene el coche en un taller y está buscando las piezas por su cuenta para ahorrarse algo de dinero en la factura final. Núñez está convencido: «Las piezas de los desguaces están muy bien. Muchas personas dudan del estado de los recambios pero la verdad es que están en perfectas condiciones. Los desguaces no se arriesgan y sólo dan aquello que sirve para circular. Además, el precio es muy bueno. Asequible para los tiempos que corren y ahora mismo mirar por la economía es lo más importante. Ahora sí, a veces lo que hay que tener es paciencia porque vas a buscar una pieza y no la tienen o tienes que mirar si hay un modelo como el tuyo. Pero bueno, cuando ves lo que te ahorras te das cuenta que merece la pena».

En muchos comercios de este tipo sigue imperando el regateo y más en estas fechas de inestabilidad económica. Los clientes intentar bajar el precio y normalmente se consigue. «Siempre me lo suelen dejar algo más barato de lo que me dicen al principio. Los empleados suelen ser personas que te atienden muy bien y que saben de las dificultades de la mayoría que viene a estos sitios», señala Miguel Verdú.

Por tercera vez

José Amores acude por tercera vez en una semana al desguace: «A ver si ha entrado algún coche con la pieza que busco pero no he tenido suerte; se ve que está parado. Pero bueno la razón de venir es la economía y el ahorro así que no importa pasarse varias veces si finalmente se nota en el bolsillo y en determinadas piezas se nota y mucho. Así que merece la pena».