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Así se forja un maestro del ritmo, de la luz y del color
CÁDIZ Actualizado: GuardarA Saura la afición al cine le viene de muy pequeño. Siendo adolescente practicó la fotografía y a partir de 1950 realizó sus primeros reportajes con una cámara de 16 mm.
Se trasladó a Madrid con la intención de seguir con la carrera de Ingeniería Industrial pero su vocación por la fotografía, el cine y el periodismo más tarde le hacen abandonar los estudios Industriales y matricularse en el Instituto de Investigaciones y Estudios cinematográficos. Esporádicamente compaginaba sus estudios con los cursos de la Escuela de Periodismo. En 1957 termina de estudiar y obtiene el diploma de director. A la vez concluye su cortometraje de fin de estudios, La tarde de domingo, y esto le permitió seguir vinculado a la Escuela como profesor hasta 1963. En este año fue apartado de allí por razones estrictamente políticas. Rodó un mediometraje como paso previo a su primer largometraje, Los golfos, de 1959. En su primera etapa como director intentó posicionarse a favor de los marginados y llegó a crear un cine lírico y de estilo documental al mismo tiempo. Ha sido un director reconocido tanto nacional como internacionalmente y prueba de ello son los numerosos galardones que lo avalan y entre los que se encuentran: un Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1965 por La caza y dos años más tarde, en 1967, por Peppermint Frapé; un premio especial del jurado de Cannes por la Prima Angélica en 1973 y por Cría cuervos en 1975. Además mamá cumple 100 años fue nominada al Oscar en 1979 como mejor película extranjera y ganó el premio especial del jurado del Festival de cine de San Sebastián.
En 1981 comienza la colaboración con Antonio Gades, por mediación del productor Emiliano Piedra. Bodas de sangre es un ballet de la compañía de Gades que Saura traslada al cine con un éxito sorprendente e inimaginable. Se proyectó se queda fuera Cannes, y es el primer acercamiento de Saura al musical. Ese mismo año estrena Dulces horas, que será la última colaboración con Elías Querejeta. En 1982, Saura aborda su primera aventura latinoamericana: Antonieta, la historia de una mujer durante la revolución mexicana. Contra sus temores, «Carmen» se convierte en un éxito a escala mundial en 1983, premiada en Cannes y seleccionada para el Oscar de la Academia. En 1984, Saura rueda Los zancos, y estrena junto a Gades la versión teatral de Carmen en París, con tremendo éxito. Nace su hijo Adrián. Comienza el rodaje de El amor brujo. Con Sevillanas, una cinta de una hora, vuelve a cosechar un gran éxito de público y crítica.
En 1993, mientras monta Maratón, rueda Dispara, una adaptación de un cuento del escritor italiano Scerbanenco. En agosto, se le impone la Orden de Artes y Letras de Francia. En enero de 1994, comienza el rodaje de Flamenco, la que ha pasado a ser su título más conocido. En octubre comenzará a rodar la segunda parte.