A echar humo a la calle
CÁDIZActualizado:Malestar, enfado y hastío. Son los tres estados de ánimo que mejor describen cómo se palpaba ayer el ambiente entre los empresarios hosteleros de la provincia. El bar Woodstock del Paseo Marítimo invirtió 15.000 euros en la mampara de cristal que separa la zona habilitada para los que gustan ver el humo volar. Recibió la visita de una inspección de la Administración autonómica que le conminó a realizar la obra en 15 días o dejar el establecimiento libre de humos. El empresario, Esteban Martín, no tuvo la opción de elegir el tipo de clientela que quiere para su local. La Junta de Andalucía ya había elegido por él. Si prospera la modificación anunciada por la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, el lunes, sus parroquianos tendrán que irse a la calle a echar humo. «La gente tendrá que salir al exterior para fumar y se molestará a los vecinos», corroboró Martín con preocupación.
El empresario José Luis Rodríguez, propietario del Holiday, ve esta cuestión desde otra perspectiva. «Si el cliente sale a la calle a fumar, ya no es problema mío, será una cuestión de orden público», dijo en referencia a la posibilidad de que los fumadores puedan hacer ruido en el exterior a altas horas de la madrugada. Sobre los más de 51.000 euros que tuvo que gastarse para cumplir la legislación actual manifestó resignado que poco podría hacer al respecto: «Me lo tendré que comer, ¿qué puedo hacer si no, demandar al Gobierno?». Rodríguez señaló que la acción de encender un cigarrillo es un hábito social que «forma parte de la cultura, al igual que beberse un vino o una cerveza». Martín, por su parte, llamó la atención sobre el hecho de que las administraciones nunca se acuerdan de los derechos de los fumadores, que habrán de tenerlos dado que el tabaco es legal.