Decisiones fatales
Actualizado:Lo peor la forma de perder, sin ánimo, con la parsimonia de un equipo temeroso, manteniendo durante 40 minutos un juego lento y ramplón que agigantaba las pocas virtudes de un equipo turco que, apoyándose en sus gigantes, tuteaba a los nuestros que no hace muchos meses asombraban al mundo jugando un baloncesto electrizante.
Era sabido que el estado de gracia de nuestra selección se acabaría. Incluso se barruntaba por la experiencia y por alguna retirada que pasaríamos a ser un equipo terrenal. Pero jamas podríamos imaginar este deterioro tan rápido. Algunos hechos insólitos: no es normal que el día anterior al partido nueve jugadores estén lesionados y sea imprescindible suspender el entrenamiento, como no lo es refugiarse constantemente en defensa zonales tan alejadas del espíritu dominador de unos jugadores que tuvieron contra las cuerdas a la estrellas de le NBA.
Está bien, somos terrenales, necesitamos estrategias para ganar, nos tutean los contrarios; entonces sólo jefes pueden pasar, tirar y decidir, no vaya a ser que los soldados hagan de generales y estos de soldados. La selección aún puede lograr medalla, pocos equipos tienen a Pau, Navarro y Rubio, por tanto, démosles la responsabilidad... Y los demás ¡Coño pegaros!
A Sergio le está pintando bastos, como les ocurre a todos los entrenadores en algún momento de su carrera. Aún puede decidir con quién se la juega, parece ser que a Ricky le falta madurez, a pesar del millón de euros que le ha dado el Barça, pues entonces que le quite y no ponga en manos de Llull la responsabilidad cuando no la ha tenido antes. Si al final por diferentes razones sólo pueden jugar con Raúl, Felipe, Pau, Marc, Navarro y Rudy, adelante, y el resto a empujar con buena cara. Insisto, una vez aceptada que pertenecemos al mundo de los mortales compremos unos monos de trabajo para acabar lo mejor posible la faena.