Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
El cierre de la azucarera de Guadalcacín es el último ejemplo de una gran industria que desaparece de Jerez. A partir de ahora tendrá otros usos. / JUAN CARLOS CORCHADO
Ciudadanos

Jerez sufrió el cierre de más de 400 empresas en los últimos cinco años

Los sindicatos recalcan que «sólo nos quedan unas pocas industrias» Las pymes no terminan de subsanar el paro que causan las grandes

VIRGINIA MONTERO
JEREZActualizado:

La ciudad de Jerez ha perdido en los últimos cinco años entre 400 y 500 empresas, con sus consiguientes puestos de trabajo, según datos de CC OO. La debilidad del tejido industrial de la ciudad -basado originariamente en el sector agrario y vitivinícola- se ha ido fraguando a raíz de crisis económicas anteriores aunque otros factores específicos de estos sectores acentuaron malas rachas que siguen coleando en la actualidad. El anuncio de cierre de la histórica fábrica de botellas es, para muchos, la puntilla que confirma la debilidad de la industria jerezana.

El ejemplo más reciente y llamativo está en el cierre de la azucarera de Guadalacín, que se hizo efectivo el pasado año. Estas instalaciones contaban con casi un centenar de trabajadores fijos, además del personal que contrataban para cada campaña. Afortunadamente, los empleados indefinidos fueron recolocados en la azucarera de El Portal. Los efectos de la OCM del azúcar fueron en aquella ocasión los causantes del cerrojazo de otra de las industrias señeras de la ciudad. Más de un año después del desmantelamiento, las dependencias de la fábrica de transformación remolachera se están recuperando para una estación de cogeneración de energía eléctrica, una refinería de azúcar moreno y un centro logístico de distribución.

Peor que nunca

«Jerez está más desindustrializado que nunca. Teníamos mucha fuerza con las bodegas y, sobre todo, con las empresas auxiliares que generaba este sector que propocionaban más puestos de trabajo aún que el negocio matriz», explicó el secretario local de UGT, Pedro Alemán. Lo que nos queda, según este sindicato, es «una única azucarera (la de El Portal), unas pocas bodegas, la fábrica de arroz (que sustituyó a Puleva) y, de momento, la fábrica de botellas». Según Alemán «es cierto que sí se han creado pequeñas industrias pero no son emblemáticas». Para UGT, la fábrica de botellas -si finalmente llega la sangre al río- «es la última empresa auxiliar del sector bodeguero que se marcha de Jerez».

Desde CC OO, su secretario local, José Manuel Trillo, no pinta un panorma mucho más alentador. «Hay que huir del sector servicios y apoyar a la industria, entre ellas, al turismo». En este aspecto, la reanudación de las obras del futuro Palacio de Congresos «es fundamental». Trillo destacó además la ventaja que tiene la ciudad al contar con una Mesa de Concertación Social «como elemento dinamizador de la economía y el empleo».

«Jerez es una ciudad de muchas cosas: de la educación, del turismo... pero nunca se ha planteado que sea una ciudad de la industria», aseguró el presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez Rojas. De ahí a que colectivos como éste vengan reivindicando desde hace años más disponibilidad de suelo industrial. «Jerez tiene la ventaja de de contar con un término municipal muy amplio y la recuperación económica nos debe pillar con los deberes hechos, es decir, con terrenos industriales urbanizados, con agua y energía eléctrica». Desde la CEC destacan que «en este momento todos los sectores están en crisis. Aunque es llamativo el cierre de industrias grandes, el chorreo de pequeñas empresas que quiebran es continuo». Según Sánchez Rojas, «desde que cerró Delphi hasta ahora, hemos sufrido 20 ó 25 Delphis pero poco a poco». A pesar de que confían en que «lo peor ha pasado ya, lo cierto es que no atisbamos todavía los brotes verdes». Afortunadamente, desde la CEC insisten en que «siempre hay empresarios que quieren venir a Jerez».

«La industria más importante que va a quedar en la ciudad es la cementera que, además, está tocada del ala por la crisis de la construcción», aseguró por su parte el presidente del Parque Empresarial, Alfonso Moreno. Para este empresario es fundamental que los poderes públicos «se replanteen a quién le concenden las subvenciones. Hay empresas que se forran con el dinero de todos y luego, cuando no les interesa, se marchan». Al contrario que otros colectivos, Moreno cree que «es imposible recuperar el volumen de empleo industrial que se ha perdido en los últimos años con las pequeñas y medianas empresas. Estas son las consecuencias de haber dado prioridad al sector servicios y al turismo». De todas formas, el representante del Parque Empresarial aseguró, ante la marcha de las grandes empresas de la ciudad, «tenemos que apoyar a las pymes para que al menos ellas sigan subsistiendo».