La Fiscalía vigila a Belén

Como tiene pocos frente abiertos, Belén Esteban se ha visto envuelta en otra. Y de ésta no se sale con un corte de mangas por la televisión ni con incendiarias declaraciones. El asunto es bastante más grave que el habitual rifirrafe con unos y con otros. En esta ocasión se trata del Defensor del Menor, que ha pedido a la Fiscalía que investigue si se está vulnerando el derecho a la intimidad de su hija, Andrea, de 9 años, nacida de su relación con Jesulín de Ubrique.

«El hecho de estar aireando continuamente hechos y situaciones de la vida de la menor podría ser una vulneración del derecho a la intimidad y a su propia imagen», sospecha el Defensor. Y es que, aunque Belén se cuida muy mucho de que no se filme a la niña, se explaya a gusto en las críticas al torero porque no ve con frecuencia a su hija y comenta de manera habitual (y previo pago) situaciones en las que se van desvelando detalles de la vida de la menor. Como en fascículos, se han ido conociendo sus fiestas de cumpleaños, la Comunión... Aunque muchos televidentes han hecho piña con Belén al grito de Arriba la Esteban, otros están hartos de ver a Andreíta de protagonista involuntaria de debates televisivos y han trasladado su queja al Defensor del Menor, quien entiende que Belén está vulnerando «de manera permanente» el derecho a la intimidad de la menor. La investigación iba a mantenerse en secreto pero ya se sabe lo que dura un secreto en el corrillo 'rosa'. El abogado de Belén Esteban ha arremetido «contra quien ha filtrado la noticia» de la investigación en curso, de la que la propia aludida se ha enterado por la tele. «Me ha llamado llorando amargamente», confesó el abogado. «Dicen que la niña está expuesta a los medios de comunicacion y la exponen mucho más haciendo público esto». Añadió el letrado que su defendida «no le ha provocado ningún perjuicio moral a su hija».

Se da la curiosa circunstancia de que cuando nació la niña y algunas revistas publicaron fotos de la pequeña, Esteban recurrió al Defensor del Menor en busca de protección. También peleó por la vía judicial y ganó. Ahora es el Defensor del Menor el que llama a la puerta de la popular contertulia para advertirle, en definitiva, de que no puede seguir hablando de la niña como lo hace y lucrándose con ello.