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Casi 53.000 gaditanos llevan más de un año en búsqueda de empleo
Son 12.000 más que los que se contabilizaban en julio de 2008, en su mayoría, mujeres de más de 45 años y hombres procedentes del sector de la construcción
CÁDIZ Actualizado: GuardarNi repuntes, ni brotes verdes, ni siquiera la temporada estival. El perfil del parado gaditano se caracteriza a estas alturas de la crisis por una cifra alarmante. 53.000 personas, o lo que es lo mismo una de cada tres que no tienen trabajo sufre el desempleo desde hace más de un año. Nada ilógico. Estas tempestades proceden de aquellos vientos del segundo semestre del 2008, cuando la hecatombe del ladrillo empezaba a dejar los primeros sacrificados. A cuentagotas el dato ha ido engordando hasta llegar a los 149.587 parados en este julio -en el mismo mes del año pasado hubo 117.390-. De esa cantidad, el 35,41%, o lo que es lo mismo, 52.967 personas, están en situación de desempleo desde hace más de 365 largos días. Hace doce meses en este estado estaban 12.000 personas menos (40.650).
Pero aunque el sector de la construcción dejó el reguero interminable de parados, el perfil de los demandantes de empleo de larga duración, también llamado paro estructural, tiene rostro femenino. Mujer, con una edad comprendida entre los 45 y los 54 años, y que ha trabajado anteriormente en el sector servicios, forman en su mayoría el batallón de los sin trabajo de la provincia, según datos del Servicio Andaluz de Empleo.
«La nuestra es una provincia en la que tradicionalmente el empleo ha estado basado en contratos en precario, de muy corta duración. Esta época de crisis lo único que ha hecho ha sido agravar la situación», subraya Manuel Campoy, secretario de empleo de CC OO en Cádiz. Precisamente cuando se inició la recesión económica no se tardaba tanto tiempo en salir de las listas del paro. Así, en noviembre, 54.988 personas no habían sellado aún sus cartillas (38,31%) y, por lo tanto, sumaban menos de tres meses, frente a los 44.286 (30,85%) que ya lo habían hecho en cuatro ocasiones. Ya para este abril las distancias se hicieron más estrechas. Había 1.000 parados más que hace un mes y 5.000 nuevos de larga duración.
Empobrecimiento
«Esto va dar como resultado que este grupo se encuentre en situación de exclusión social muy pronto», resalta Campoy, quien como todos los sindicatos apuesta por la ampliación de los subsidios para paliar la escasez de trabajo. «Llevamos denunciando años esta situación, la del empobrecimiento de la clase trabajadora», sostiene en este sentido Manuel Andrades, secretario de comunicación de UGT.
Si las mujeres copan la tasa de desempleo en el tramo de edad que va de los 45 a los 54 años, en el anterior, el que oscila entre los 25 y los 44 años, son hombres la mayoría. Por sectores de actividad económica, la mayor subida de personas que se han quedado en paro se dedicaban a la construcción. En julio de 2008 eran 21.500 los que solicitaban empleo en este actividad y hace apenas un mes ya eran casi 34.000 (57% más). «Yo no he trabajado en los últimos dos años. Antes era chófer, llevaba camiones, hormigoneras, lo que fuera». Son palabras de Moisés Cano, un joven chiclanero que ayer esperaba su turno en la oficina del SAE de su localidad.
Junto a peones, albañiles, capataces y todos los demás que basaban su sustento de vida en el ladrillo, los trabajos relacionados con una provincia eminentemente turística también han caído en picado. En este último año la tasa de desempleo en el sector servicios ha subido un tercio con respecto a los meses del comienzo de la crisis.
Pocos se salvan del trago de solicitar empleo, ya sean jóvenes, de mediana edad, con estudios primarios o universitarios. «Aquí no hay cursos de formación que valgan, la mayoría de los que se anuncian son de pago», se queja Miguel Ángel Vázquez, otro currante. El paro azota especialmente a Cádiz, que busca nuevos mares que surcar para salir de un sumergimiento demasiado continuado. Así, en julio estaban registrados en el INEM 16.207 jóvenes menores de 25 años.
«Tanto a los mayores como a los jóvenes les cuesta mucho ubicarse en el mercado de trabajo. Hay que orientar la economía a la industria, pero debe hacerlo de una manera estable», comentan desde CCOO.
Juan Aragón, de casi 50 años y con formación básica, lleva ya casi tres años sin trabajo y ha perdido la esperanza de encontrarlo. «Vengo sin ilusión. Sería mejor que me muriera», explica amargamente.