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Carcaño cambia por enésima vez de versión y dice que dejó el cadáver de Marta en un maletero
Recupera la tesis de que la mató al darle un golpe con un cenicero, pero niega que la violaran La Fiscalía, no obstante, mantiene la acusación por ambos delitos
SEVILLA Actualizado: GuardarMiguel Carcaño carece de estudios -el pasado mes de junio suspendió, a sus veinte años, un examen para aprobar el Graduado Escolar-, pero maneja con diabólica maestría el arte de inventar o modificar relatos. Ayer, tras oír al fiscal acusarle de violar y asesinar a Marta del Castillo Casanueva, pidió declarar voluntariamente ante el juez que instruye esta causa. Quería cambiar, por quinta vez en ocho meses, su declaración. Lo hizo minutos después de coincidir en la sala de vista del Juzgado número 4 de Sevilla con Antonio y Eva, los padres de su víctima, que acudieron para ratificar su personación como acusación particular.
Miguel Carcaño reconoció una vez más que mató a esta joven sevillana de 17 años, con la que había mantenido una relación sentimental durante varios meses. Lo que varió fue el grado de participación que había otorgado a su amigo Samuel B. P. y al menor internado por esta causa, conocido con el sobrenombre de El Cuco. A su hermanastro Francisco Javier y a su novia María G. los exoneró de todo. También se olvidó en su enunciación del río Guadalquivir y del contenedor de basuras de la calle León XII, dos escenarios en los que dijo haber arrojado el cadáver de Marta.
Nueva vía
La mayoría del nuevo relato que contó al juez, en presencia del fiscal y de los abogados de las defensas y de la acusación particular, ya consta en el sumario. Miguel, por lo tanto, ha mezclado retazos de las cuatro declaraciones anteriores. Sólo hay un dato novedoso: asevera que no sabe dónde está escondido el cadáver de Marta.
La última vez que vio el cuerpo de su víctima, según dijo Miguel en un momento de su comparecencia de hora y media, fue en el maletero del coche de un tío de Samuel B. P., también imputado en la causa. Miguel sitúa esta escena en el barrio de Montequinto, una zona bastante alejada de la casa de la calle León XIII de Sevilla, donde Miguel habría perpetrado el asesinato de Marta.
Posible nuevo imputado
Hasta ahora, la Policía había buscado huellas en un vehículo propiedad de la madre de Samuel, con lo que, si los investigadores dan credibilidad a esta afirmación, se abriría otra vía para intentar esclarecer la principal incógnita que aún queda por resolver: ¿dónde está el cadáver de Marta del Castillo? Si se confirmara este extremo, el juez podría citar a declarar al tío de Samuel.
Ante este relato, las partes presentes en la declaración habrían planteado diversas preguntas. La primera: ¿por qué ha esperado hasta ahora Miguel para señalar a este nuevo posible colaborador? Carcaño le ha contestado al magistrado que el tío de Samuel lo habría amenazado para que no implicara a su sobrino.
Otra cuestión para la que el juez no habría encontrado una respuesta lógica es por qué Miguel confesó haber violado, junto a El Cuco, a Marta.
La respuesta dejó helados a algunos de los abogados presentes en la sala de vistas: Miguel dijo que se lo había inventado porque no quería ser juzgado por un jurado popular, es decir, por estrategia procesal. Es más, el asesino confeso de Marta cuenta ahora que El Cuco llegó al lugar de los hechos una vez que Marta ya había muerto con lo que, de esta manera, no habría tenido participación directa en esta muerte violenta.
No estaba previsto
Fuentes de la defensa de Miguel aseguraron ayer a este periódico que el viernes por la tarde, última vez que vieron a su defendido, no estaba previsto que fuese a declarar. Reconocen, no obstante, que es difícil saber lo que pasa por la cabeza de este joven. Antes del nuevo giro que Carcaño quiso dar a este terrible suceso, el representante del Ministerio Público realizó ante el magistrado, en la vista de concreción de imputaciones, un relato de los hechos presuntamente acaecidos la noche del 24 al 25 de enero pasados, atribuyendo a Miguel los delitos de violación y asesinato.
A los otros imputados mayores de edad les considera autores de presunto delito de encubrimiento. Asimismo, no descarta adherirse a la acusación particular, que también atribuye a los cuatro imputados un delito de profanación del cadáver. Una figura delictiva poco conocida, pero que cuenta con jurisprudencia en el Tribunal Supremo precisamente en casos en los que no ha aparecido el cuerpo de la persona asesinada.
Fuentes de la Fiscalía rechazaron valorar la posible credibilidad de las nuevas afirmaciones de Carcaño. Es más, fuentes de este departamento explicaron a este periódico que lo declarado por el asesino confeso no supone un cambio «sustancial» con respecto a lo declarado previamente, puesto que «todo lo que ha dicho está ya incluido en el sumario» que se está tramitando por esta causa. De igual modo, durante la vista, los abogados defensores de Samuel B. P., Francisco Javier D. y María G. solicitaron el sobreseimiento de la causa en relación a sus defendidos. La abogada de Miguel Carcaño se reservó la posibilidad de solicitar este mismo trámite más adelante, aunque lo que hizo ayer fue solicitar nuevas pruebas documentales.
El juez debe ahora resolver los recursos presentados por las partes, antes de cerrar la instrucción de esta tristemente famosa causa.