La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. / EFE
Economia

El Gobierno impone apretarse el cinturón

El Ejecutivo baraja una inflación del 1% como referencia en la subida de las pensiones, el sueldo de los funcionarios y el salario mínimo

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno baraja una previsión de inflación del 1% para 2010. Este reducido porcentaje -la mitad del utilizado en los últimos años- servirá para la subida general de las pensiones, del salario mínimo interprofesional, de las retribuciones de los empleados públicos y de varios indicadores de referencia. Y será una cifra a tener en cuenta en la negociación colectiva del sector privado, que en 2009 está atascada. Con su nueva y moderada referencia, el Ejecutivo impone, en definitiva, que el conjunto de la sociedad española se apriete el cinturón. Pero al mismo tiempo quiere transmitir la idea de que el ajuste económico se produce en España con una menor merma del poder adquisitivo, porque los precios evolucionan en niveles más controlados.

Desde la llegada del euro en el año 2000, los sucesivos gobiernos han utilizado en sus Presupuestos la recomendación del Banco Central Europeo (BCE) que fija en un máximo del 2% el nivel «compatible con la estabilidad de los precios en el medio plazo», y a contenerlos bajo ese techo dedica toda su política. La autoridad monetaria de la zona euro mantiene este objetivo y lo justifica con el argumento de que «el episodio actual de tasas de inflación extremadamente bajas o negativas será breve». Añade que esa estabilidad de precios «seguirá respaldando el poder adquisitivo de los hogares de la zona del euro».

Fijar en el 1% la inflación del próximo año está en ligera contradicción con las estimaciones de expertos de instituciones privadas: el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), que recaba la opinión de quince servicios de estudios, desde bancarios a universitarios, prevé que la inflación media del año 2010 se situará en el 1,6%. Para llegar a ella, los técnicos de Caixa Catalunya, que comparten este dato, describen una trayectoria futura de la inflación que arranca en el 1,5% en enero próximo para escalar hasta el máximo del 1,8% entre mayo y agosto y descender luego al 1,2% en el último mes del año.

Un objetivo del 1% incide en múltiples aspectos de la economía española. Los ingresos de la Seguridad Social, vía cotizaciones, por ejemplo, mermarán, puesto que a menor salario menor recaudación. La estimación oficial de inflación se toma como referencia en la subida de tasas y precios de servicios públicos, aunque las administraciones han hecho escaso uso de ella al fijar las tarifas de los transportes en los últimos tiempos.

Garantía futura

En principio, las prestaciones de los más de 8,5 millones de pensionistas subirán el próximo año, al menos, un 1%. Y si hay desajuste respecto al aumento real de los precios en 2010, los pensionistas percibirán en enero del ejercicio siguiente la compensación oportuna entre lo recibido y el desvío de la inflación. El 1% también se 'utilizará' para adaptar las condiciones laborales de los empleados públicos. CC OO y UGT consideran que es un incremento que mantendrá el poder adquisitivo del colectivo.

En sintonía con lo que ocurrirá en el sector público, cobran cuerpo varias líneas de reflexión expuestas en las escuelas de verano por representantes de CC OO. Los sindicalistas defendían un pacto plurianual de rentas con los empresarios. El hipotético acuerdo incluiría moderación salarial, garantía del poder adquisitivo de los trabajadores, impulso al empleo de calidad y control de los beneficios empresariales, pero solo vería la luz si se ultimara conjuntamente con UGT. Con posterioridad, sería presentado a CEOE y CEPYME.

Sobre la mesa de las patronales, está, desde hace tiempo, la recomendación de negociar convenios con aumentos máximos del 1%. Aunque el dirigente de CEOE Gerardo Díaz Ferrán llegó a postular rebajas de sueldos para acompasarlas al descenso de los precios, desde esta organización se ha aconsejado a las empresas alcanzar acuerdos que vayan de la congelación en las remuneraciones (en las empresas en peor situación) hasta incrementos del 1% allí donde los negocios dejen suficiente margen.