Nadal se deshace de Monfils, recupera el número dos y avanza a cuartos

Rafael Nadal ha tirado de solvencia para deshacerse del francés Gael Monfils (6-7(3), 6-3, 6-1 y 6-3), obstáculo en la cuarta ronda, ha garantizado la reconquista del número dos del circuito impulsado por la derrota del británico Andy Murray y se ha situado entre los ocho mejores del Abierto de Estados Unidos, en los cuartos de final, donde se encontrará con el chileno Fernando González.

Los recelos que levantó su aspecto físico en el duelo contra su compatriota Nicolás Almagro, acentuados por la asistencia médica que requirió en la pista para solventar sus dolencias abdominales, se derrumbaron en el transcurso del duelo con Monfils. Nadal no ha rehuido la pelea. Nunca lo hace. Y ha obligado al progresivo desahucio de su rival, entregado, impotente, ante el talante rocoso del español.

Nadal no ha servido con solvencia. No puede. Precavido y molesto en la zona dañada, apenas ha ensayado el saque en las últimas horas. Ni siquiera en la sesión preparatoria previa al inicio del choque. También en la pista central. No le ha hecho falta al tenista balear, que ha tardado dos horas y cuarenta y cinco minutos en resolver el compromiso, tirar de este argumento para salir airoso, y reforzado, del choque con Monfils. Nunca ha sido un arma determinante en el juego de Nadal. Tampoco en este caso. A pesar de las condiciones de la pista y del juego, alocado y a palos, del tenista parisino, que se ha encontrado, por vez primera, en los octavos de Flushing Meadows.

Ha empezado como una moto Monfils. A toda prisa se ha encontrado con una rotura al servicio del español y una ventaja jugosa (1-3 y 2-5). Ha sentido vértigo el galo, que ha hallado en el seguidor local, predispuesto al 'show' a un aliado. Nadal ha equilibrado la situación con un 'break', devuelto, que ha llevado la situación hasta el desempate. Ahí ha sacado a relucir Monfils los beneficios que le proporciona su saque. Y se ha apuntado el parcial.

Monfils, víctima del cansancio

El encuentro ha entrado en un cuerpo a cuerpo descarado en el segundo set. El español ha demostrado estar fresco de piernas, rápido de movimientos. Poco a poco ha minado el aguante del francés, que intercambió golpes y golpes de lado a lado de la red en busca del error contrario. Se han alternado las roturas hasta que Monfils ha empezado a buscar alivio en los tiempos muertos. Víctima del cansancio ha sido incapaz de resguardar su saque. De seguir el ritmo del balear.

Nadal ha cerrado el segundo set y a partir de ahí todo fue más fácil. Desgastado, Monfils ha calculado mal sus energías y se ha desfondado. Ha sido un paseo para el español, que ha ganado de carrerilla el tercer parcial, ha ganado en confianza y se ha sentido ganador. Todo lo contrario que la raqueta de París. Ha buscado en el auxilio del fisioterapeuta de la ATP, Michal Novotni, una justificación al caos que ha inundado su juego en ese momento. Ha sido atendido de la muñeca izquierda.

El galo, que ha cerrado su partido con 63 errores no forzados y con síntomas de impotencia, ha dejado huérfano de representación al tenis francés. Antes que Monfils ha caído Jo Wilfried Tsonga ante el chileno Fernando González (3-6, 6-3, 7-6(3) y 6-4). Para entonces ya había caído el escocés Andy Murray, a manos del croata Marin Cilic (7-5, 6-2 y 6-2), que ha puesto en el aire el número dos del mundo que conquistó el pasado 16 de agosto. Al cierre del torneo será Nadal el que se sitúe a rebufo del suizo Roger Federer.