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A PIE DE MERCADO LAS OPCIONES

«Ya no uso bolsas de plástico»

Los ciudadanos apuestan por la reutilización y los tradicionales carritos de la compra en plena campaña para la eliminación de los soportes de polietileno

SANDRA SALAZAR
CÁDIZActualizado:

Pese a la polémica y los datos estadísticos de todo tipo, la mayoría de los gaditanos lo tienen claro: «Si las nuevas bolsas son mejor para el medio ambiente habrá que cambiar los hábitos». La frase pertenece a María Olivar, pero como ella piensan casi todos los usuarios y compradores habituales. Bolsas de tela reutilizables, biodegradables o incluso de almidón de patata son algunas de las opciones planteadas para reducir el consumo de las habituales de polietileno. También está el carrito de la compra de toda la vida.

Tan sólo el anuncio de algunas grandes superficies de sustituir las bolsas de plástico por otras más ecológicas ha calado en los ciudadanos, que han asimilado el mensaje. «Hay que cuidar el planeta y por eso yo he empezado ya a utilizar esta bolsa de tela que tenía en casa», explica Paco Rodríguez. La única pega la plantea el hecho de que el cambio acabará afectando al bolsillo de los compradores, que se verán obligados a pagar, sea biodegradable o no, por una bolsa que antes les salía gratis.

Sin olvidos

Aparte de las grandes superficies muchos ciudadanos apenas notarán el cambio. «Siempre compro por el centro, voy del súper al mercado y de toda la vida he llevado mi carrito», explica Dolores Bernal. Para las compras poco pesadas, una bolsa de rafia y otra isotérmica para mantener el frío de los congelados van siempre con ella a todas partes. Como siempre. La sensación está bastante generalizada: «Antiguamente lo hacíamos así, íbamos con nuestro carro y no había problemas, mi duda será cuando vayamos por una compra grande a una gran superficie, cómo vamos a hacerlo» señala Oliva Serrano.

Hay dudas, pero también aceptación. Lejos de poder convertirse en un negocio, los gaditanos aseguran que no olvidarán sus carritos y bolsas de tela o bioreciclables cuando vayan al súper. «Voy a pagar una vez, pero hay que ahorrar y una vez que duela en el bolsillo la primera vez que se olvide la bolsita o el carrito en casa y haya que pagar por las bolsas seguro que a la próxima nos acordaremos», comenta Maite Fernández.

«Me parece perfecto, ahora vamos a reutilizar las bolsas pero, con todo el dinero que van a ahorrar, por qué tenemos que pagar por ellas», señala Paco Rodríguez a su vez. Y es que mientras se normaliza el uso de las bolsas ecológicas, las de plástico seguirán en las tiendas. Eso sí, habrá que abonar por ellas. Algo que desde hace años han hecho supermercados como el Lidl o el Dia. «Cuando algún cliente viene por primera vez aquí y ve que tiene que pagar por la bolsa no le sienta bien, pero después ve que son más grandes y que cuando llevan pocos productos no son necesarias, es otra forma de ver las cosas», explica Rosa Vázquez, dependienta del supermercado Dia. Por el momento, Carrefour ha sido la primera distribuidora que eliminará por completo el plástico. Lo hará de forma progresiva hasta finales de año y mientras, los clientes podrán contar con algunas de las bolsas ecológicas que ya tienen a su disposición en la cajas de cobro. «Es cierto que pagar las bolsas es la única forma de que la gente se conciencie y recuerde antes de ir a la compra que si tiene alguna en casa debe llevársela», aseguraba Eva Poza.

Sustituirlas

Los números alertan de la necesidad de tomar medidas, y es que en un año los españoles gastan 10.500 millones de bolsas de plástico, que después van a parar a todo tipo de parajes naturales, pudiendo tardar hasta 150 años en empezar a degradarse. Así las cosas, el Plan Nacional de Residuos ha marcado para el año 2015 el objetivo de sustituir este soporte en al menos el 70% de su consumo. Si esto no se consigue ya se ha planteado la posibilidad de elaborar una ley similar a la anti-tabaco puesta en marcha en su día por el Ministerio de Sanidad. Las medidas serán drásticas de aquí a dos años, si los españoles no se ponen las pilas en este asunto.

Parece que, pese a la polémica inicial, a todos sienta bien cuidar el medio ambiente, aunque la crítica de a quién beneficia esta medida también está en el aire y a pie de mercado.