La asociación ya cuenta con representación en la mayoría de las localidades de la provincia. / LA VOZ
Ciudadanos

Sacar a la luz una realidad oculta

La asociación Colegades denuncia que los homosexuales aún se ven obligados a esconder su orientación en los pueblos, a los que acude para dar información

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Le han hecho falta sólo seis años para convertirse en una de la asociaciones de referencia de la provincia. El próximo viernes subirán un peldaño más dentro de la importancia que están adquiriendo, ya que recibirán el premio a la contribución colectiva de la primera edición Baeza Diversa con el que el Ayuntamiento de la localidad jienennse pretende reconocer el trabajo en favor de la diversidad sexual y la identidad de género, compartiendo cartel con personalidades como el juez Grande-Marlaska o publicaciones tan conocidas como la revista Zero.

El Colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la provincia de Cádiz (Colegades) se ha ganado a pulso este galardón. Desde que se fundó en 2003 ha recorrido un duro camino plantando cara a la homofobia. Unos inicios complicados tal y como recuerda su presidenta Carmen Zurita. «Al empezar, ni el local social tenía paredes, contábamos con una silla y un teléfono y éramos muy pocos; en esta primera etapa me apoyé mucho en el psicólogo Sebastián Villanueva», explica. La carencia de medios la solventaron con imaginación y ganas de hacer cosas. Así nació uno de los talleres más significativos que realiza la entidad, Emociones Pueblo a Pueblo. Su finalidad es la de erradicar la discriminación a través de la realización de charlas de sensibilización social y coeducación. La intención era que se desarrollara en las localidades de menos de 20.000 habitantes y las pedanías porque «las ciudades siempre han acogido los grandes cambios, pero en los pueblos es distinto», subraya. «Nos movía la idea de que una persona homosexual no tuviera que verse obligado al éxodo rural por su condición sexual», agrega. El acierto de su programa fue reconocido por la Diputación de Cádiz, institución que les dio su apoyo en una actividad pionera en su ámbito.

Difícil camino

Aunque no todas las puertas se abrieron tan fácilmente. Como recuerda Zurita, «hubo ayuntamientos que rechazaron la invitación de hablar a los diferentes colectivos de la localidad sobre la homosexualidad». En otros casos eran los propios ayuntamientos los que pedían su intervención. Zurita recuerda con emoción el caso que se dio en El Gastor donde «anunciaron el taller por megafonía y escuchábamos a los mayores decir que esas cosas no había en el pueblo. Al llegar a la Casa de la Cultura estaba repleta de personas y uno de los vecinos tomó la palabra para explicar la situación de desprecio en la que vivía a causa de su condición sexual. Al final todos los presentes le pidieron disculpas y ese momento lo recuerdo como algo muy intenso».

Dentro de unas semanas comenzará la sexta edición del programa, aunque ha variado bastante con respecto al año de su implantación. La razón, los resultados de un estudio realizado de forma conjunta con el Instituto Andaluz de la Juventud en el que se observó que en los menores existían conductas alarmantes de xenofobia y homofobia y que incluso la homosexualidad era vista por los jóvenes como una enfermedad que podía contagiarse. Por ello, ahora se dirigen a los centros educativos de secundaria con el objetivo de llenar «las carencias educativas en este sentido», expone Zurita, que afirma que siempre pone el mismo ejemplo a los pequeños para que se den cuenta de la situación en la que viven las personas con una determinada orientación sexual. Vivió la siguiente escena en una estación: un niño de cinco años insultaba a otro de tres. Tras varias contestaciones el de tres llamó al otro maricón y fue entonces cuando se calló y se enfadó, porque había encontrado el peor de los insultos posibles. La asociación también encontró puertas cerradas en centros públicos escolares que prefirieron rechazar su oferta por la controversia que se podía generar entre los padres.

Como novedad en esta ocasión, muchas de las sesiones estarán acompañadas por una obra de teatro montada por el profesional en la materia Gaspar Rodríguez, colaborador de la asociación en Conil. Una representación montada con los jóvenes de la localidad en lo que se ha denominado «el primer teatro de pedagogía social sobre familias homoparentales», explica Zurita. La obra se estrenará precisamente en Baeza, un día antes de la entrega de premios.

Nuevos retos

Pero este no es el único proyecto que ha desarrollado la asociación, que al igual que ha crecido geográficamente, al tener un punto de encuentro en la mayoría de las localidades de la provincia, también ha crecido en contenido. Destacan Visibilidart, con el que intenta normalizar el hecho homosexual, bisexual y transexual a través del arte y los colectivos de creación; y el proyecto VIH (Sesal) con el que colaboran con la Consejería de Salud siendo uno de los colectivos que realiza las pruebas del sida. En este aspecto hay otra novedad ya que a partir del sábado 26 se realizarán reuniones con dos personas seropositivas que intentarán resolver las dudas de los presentes en cuanto a la enfermedad. Un proyecto denominado Lo+positivo y que trata de convertirse en un punto de información y asesoramiento a las personas seropositivas.

El próximo viernes Colegades recibirá un pequeño empujoncito a la labor que realiza, una lucha «en la que todavía quedan muchos frentes porque esta es la época de lo políticamente incorrecto, es decir no hacer bromas sobre los homosexuales porque no está bien visto socialmente, pero queda aún muchos estereotipos que cambiar».

La mirada de la asociación se centra en este sentido en los medios de comunicación que han resaltado unas cualidades en la personalidad de los homosexuales que se ha asentado en la sociedad. Sin embargo, el colectivo se esfuerza en romper tales lazos y seguir trabajando por el igualitarismo. Para ello, se considera primordial establecer relaciones de colaboración en red con las diferentes entidades tanto públicas como privadas, asociaciones y sociedades que trabajan en el ámbito territorial de Cádiz. Es precisamente su intención la de involucrar a todos lo que les ha permitido desarrollar una serie de convenios para realizar sus talleres, jornadas y cursos. Una guerra más callada, pero igual de importante porque es lo que mantiene a flote la entidad.

Han pasado seis años desde que Colegades se instalara en una sede con las paredes derruidas hasta ser reconocida por administraciones de fuera de la provincia. Seis años realizando una labor en busca de la justicia por intentar sacar a la luz una realidad que se intenta ocultar y eso es lo que pretende evitar la asociación.