Villanueva estudia uno de sus discursos. / LA VOZ
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«En los pueblos nos escondíamos para que no nos reconocieran»

El psicólogo y colaborador de Colegades asegura que «la naturalidad y sencillez es la mejor forma de vivir la sexualidad»

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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«Lo primero que debe hacer una persona para ser feliz es mirarse al espejo y aceptarse como es, salir a la calle y ser él mismo; este es el primer paso que debe dar una persona independientemente de que sea homosexual o heterosexual». Sebastián Villanueva es psicólogo y uno de los colaboradores más antiguos de la asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de la provincia de Cádiz (Colegades). Afirma que la sexualidad se debe vivir con naturalidad. «Porque alguien sea homosexual no debe ir pregonándolo, pero tampoco evitar situaciones para mostrarse como uno es; en mis primeros días en el trabajo estaban hablando unos compañeros de lo bien que estaba Angelina Jolie y cuando me preguntaron aseguré que a mi me parecía que estaba mejor Brad Pitt», sentencia antes de agregar: «Es así de sencillo».

Villanueva considera que es en la educación donde se debe poner mayor énfasis para normalizar la situación de los gays y lesbianas y por ello «se debe fomentar una educación basada en la diversidad. El Gobierno está poniendo leyes que nos dan mayor libertad pero no ha desarrollado las herramientas para que las personas comprendan su importancia», señala.

Para este psicólogo uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los homosexuales es el de romper los estereotipos que los medios de comunicación, especialmente la televisión, otorga a los homosexuales. «Es difícil cambiar ese referente; cuando voy a un instituto a dar una charla, los niños siempre responden que yo no parezco que tenga pluma», apunta. En su opinión, «esto evidencia que no se está dando el mensaje adecuado porque entre los homosexuales existe una diversidad igual que en los heterosexuales y cada uno es como es».

En los pueblos es donde se ha evidenciado una mayor tendencia a la homofobia. A pesar de ello, Francisco Gallego, un albañil en paro de Benalup, asegura vivir su homosexualidad «con naturalidad». A lo que añade: «Claro que al principio los homosexuales nos escondíamos». En las pequeñas localidades, uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los gays y lesbianas es el qué dirán. «Es un sitio muy pequeño donde todo el mundo se conoce y tienes miedo porque no sabes como afectará a tu familia. En mi caso no hubo grandes problemas. Mi padre no se metió en el asunto y mi madre sólo me dijo que lo que no quería era verme con un hombre distinto cada día, bueno a mí y a mi hermano», explica. Y es que Gallego tiene un gemelo de su misma orientación sexual.

Acepta las bromas de sus compañeros aunque asegura que «también hay que saber poner límites». «No puedes ofenderte por cada cosa que digan porque todos tenemos un mote, pero tampoco puedes dejar que te avasallen», puntualiza. Al igual que piensa Villanueva, Gallego también cree que hay que centrarse en la juventud porque aunque hoy hay «menos problemas a la hora de hacer pública tu orientación sexual queda mucho camino por recorrer. Vamos dando pasito a pasito muy pequeños. Se avanza pero lentamente. Sigue habiendo muchas trabas, temores y dudas a la hora de lo que se llama salir del armario», sentencia.